Más que pan: Roscas de Reyes transforman vidas en Reynosa
En Reynosa, la comunidad del grupo "Despertar de Drogadictos Anónimos" ha encontrado en la elaboración y venta de roscas de reyes no solo una fuente de ingresos, sino también una herramienta clave para la rehabilitación de sus integrantes. Desde el primer día del año, los miembros de este grupo se dedican a conseguir ingredientes y preparar las roscas como parte de un proceso que les permite mantener la mente ocupada y reforzar su recuperación.
"Tenemos tres diferentes tamaños: la chica, que tiene un donativo de 180 pesos; la mediana, que tiene un donativo de 260; y la grande, que es un donativo de 290. "Estos fondos los utilizamos para mantenimiento, comida y manutención, entre otras cosas", explicó José Alberto Sauceda Santoyo, tesorero del grupo.
Este año, el grupo se ha fijado la meta de vender alrededor de 1,500 roscas, cuyos ingresos se destinan al mantenimiento de la casa que alberga a más de 30 hombres, así como a cubrir los tratamientos médicos y psicológicos necesarios para sus integrantes.
Mario, uno de los miembros en proceso de rehabilitación, compartió cómo esta actividad ha impactado positivamente en su vida: "En el caso personal, yo me he sentido bien, más productivo. Eso es parte de la rehabilitación para adaptarnos al día en que estemos afuera y tengamos un trabajo. Te levanta la autoestima y las ganas de seguir adelante".
Inspirado en el programa "Vive sin drogas" promovido por TV Azteca, el grupo "Despertar de Drogadictos Anónimos" se ha convertido en un espacio de apoyo que ha ayudado a cientos de hombres a superar sus adicciones y retomar el rumbo de sus vidas.
Carlos Martínez, otro integrante del grupo, destacó la importancia de este esfuerzo para él y su familia: "Más que nada, es un bien para uno. Si uno está bien, la familia está bien. Las tentaciones no se van a quitar de la noche a la mañana, pero con actividades como esta seguimos adelante. Invitamos a la sociedad a acercarse a nuestro grupo para conocer nuestro trabajo y contribuir".
José Alberto Sauceda Santoyo subrayó el enfoque humano del grupo: "Aquí el ingreso es de forma voluntaria, precisamente porque el trato es totalmente digno. No hay maltrato físico ni psicológico; siempre se procura el bienestar de cada uno de los compañeros que van llegando".
Con cada rosca vendida, esta comunidad reafirma su compromiso de transformar vidas y avanzar en su camino hacia la reintegración social, invitando a la ciudadanía a sumarse a esta causa con su apoyo.
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