La granja de cocodrilos coco Canek, ubicada en el ejido Jacinto Canek, municipio de Casas, Tamaulipas, es un proyecto que impulsaron los gobiernos federal y estatal pero que en la anterior administración los dejaron prácticamente solos.
Esta iniciativa, que comenzó a operar en 2006, se enfoca en la cría y comercialización de cocodrilos de la especie Moreletti, también conocidos como cocodrilos de pantano.
Está registrada como UMA ambiental, o Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre, en un un predio con instalaciones que permiten la conservación y aprovechamiento sustentable de especies silvestres.
José Cruz Hernandez, presidente de la cooperativa Coco Canek, dice sentirse aliviado porque el gobierno del estado ya los apoya para renovar la infraestructura y hay expectativas de crecimiento.
“Estamos echándole ganas, vamos bien y más que ahora el gobernador nos está echando la mano en la rehabilitación de la granja y el mantenimiento también”, dice el representante legal de la asociación.
Estas unidades buscan mantener el estado del hábitat y las poblaciones de fauna silvestre mediante un plan de manejo aprobado, promoviendo al mismo tiempo oportunidades económicas que no dañen el ambiente.
La especie criada
La granja alberga a 247 crías de cocodrilos nacidos en este año y 40 adultos, y su objetivo es criarlos hasta que alcancen un tamaño viable para su venta cada dos años.
La piel, que no tiene problemas de comercialización pero que enfrenta el problema del intermediarismo o coyotaje, aunque la falta de cultura del mexicano por consumir su carne es un obstáculo importante, lo cual es una práctica en otros lugares del mundo.
La carne de cocodrilo es un alimento exótico, apreciado por sus beneficios nutricionales, alta en proteínas y baja en grasas y un sabor y textura que a menudo se comparan con una mezcla de pollo y pescado.
Desafíos y oportunidades
La granja enfrenta desafíos significativos, como el alto costo de alimentación de los adultos, que comen desechos de pescado, y las crías, que se alimentan de hígado.
Sin embargo, el gobierno del estado ha expresado su compromiso de apoyar este proyecto, que busca promover la conservación y el aprovechamiento sostenible de esta especie, reabriendo el restaurante que a principios se tenía, representando un respaldo económico para el mantenimiento.
Esta granja podría ser la solución al excedente de cocodrilos del sur del estado, especialmente en la Laguna del Carpintero en Tampico y colonias y comunidades de Altamira; sin embargo, de acuerdo a la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente (Seduma), hay que modificar la norma 059.
Las autoridades locales y especialistas buscan que la especie (específicamente el cocodrilo de pantano, Crocodylus moreletii) deje de ser considerada como fauna protegida en la NOM-059 para permitir un manejo más activo, incluyendo el aprovechamiento sustentable.
Beneficios para la comunidad
La granja de cocodrilos genera empleos y beneficios económicos para la comunidad local, y también contribuye a la conservación de la biodiversidad en la región.