'Crisis en el campo: bajo precio del sorgo y falta de agua'

Mientras las colonias urbanas de Reynosa se recuperan de las recientes lluvias, en las comunidades rurales del sur del municipio el panorama es diferente
Mientras las colonias urbanas de Reynosa se recuperan de los estragos que dejaron las recientes lluvias, en las comunidades rurales del sur del municipio el panorama es diferente: persiste la sequía, los niveles de humedad en el suelo son bajos y la incertidumbre agrícola crece entre los productores.
En contraste con la zona Ribereña, donde los daños a las cosechas fueron mínimos, en el sur de Reynosa los campesinos enfrentan una constante escasez de agua. Ante esta situación, uno de los proyectos que ha recobrado relevancia es la rehabilitación de una presa ubicada en el ejido “La Llorona”, cuya restauración permitiría captar agua pluvial para el riego de tierras de temporal.
“El problema no es la tierra, la tierra está ahí, pero está cubierta de maleza porque muchos ya no tienen cómo invertir en ella. Vemos terrenos sin trabajar porque la gente ya no ve rentable seguir sembrando. Estamos esperando algún apoyo o que el precio del sorgo suba”, explicó Juan Gabriel Armendáriz Escobedo, presidente del comité campesino.
Los productores aseguran que la petición de rehabilitar la presa tiene décadas sin ser atendida, pese a que su infraestructura, una vez reparada, podría transformar la actividad agrícola en la región.
“La presa es suficientemente grande y, una vez rehabilitada, tendría captación suficiente para regar toda la superficie de la zona sur, que es tierra de temporal. Está ubicada en el ejido La Llorona Nueva, también conocido como Campo La Llorona. Según recuerdo, fue en el año 1985 cuando se rompió y desde entonces no se ha rehabilitado”, detalló Rodolfo Ortiz Mayorga, productor en el ejido Periquitos.
Más de 30 comunidades rurales podrían beneficiarse con este proyecto. No obstante, de no concretarse, los agricultores analizan una posible reconversión del tipo de cultivo, para lo cual requerirían capacitación y acompañamiento técnico.
“Cambiar de cultivo puede ser otra opción. Podríamos buscar cultivos como trigo, soya o ajonjolí, que requieren menos inversión y se pagan mejor. Pero necesitamos apoyo técnico, porque yo nunca he sembrado ajonjolí y no sé cómo ni cuándo se siembra o se cosecha. Necesitamos que un ingeniero nos instruya”, agregó Armendáriz Escobedo.
A la falta de infraestructura hidráulica se suman otros factores que complican la viabilidad del campo: el bajo precio del sorgo, el alza en los combustibles y refacciones, y la ausencia de apoyos gubernamentales.
“El trigo tiene apoyo; en la bodega lo pagan a seis mil pesos más mil seiscientos del gobierno federal. La soya anda en once o doce mil la tonelada. Necesitamos buscar cultivos que nos dejen algo, porque con los precios actuales del sorgo y los costos de producción, para recuperar la inversión necesitamos al menos tres toneladas por hectárea. Si no llueve, muchos ya no van a sembrar”, advirtió el líder campesino.
Los productores de Reynosa hacen un llamado urgente a las autoridades para rescatar esta obra hidráulica abandonada desde hace casi 40 años, pues consideran que es clave para reactivar el campo y garantizar la seguridad alimentaria en la región.
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