Si de por sí al munícipe se le ha desplomado su popularidad, principalmente por su arrogancia, su trato déspota a vecinos y locatarios del Casco y del Centrito Valle, y por su desastroso manejo de esas retrasadísimas obras que han causado irreparables daños económicos a esos sampetrinos.
Y como si no le faltaran problemas, Miguel Treviño se acaba de aventar su última puntada, que a ver si no termina de cavar su tumba política ya nomás por ser un detalle de pésimo gusto.
Y es que anteanoche se le ocurrió la genial idea de prácticamente “correr a patadas” al astro musical Luis Miguel del restaurante donde estaba cenando en San Pedro después de su concierto, bajo el argumento de que el lugar laboraba fuera de horario.
Ahí hicieron un operativo de clausura al lugar, que era el restaurante Beluga en Calzada San Pedro, ¡cuando “Luismi” aún seguía dentro!
Aunque lo niegue el municipio, las cámaras de TV Azteca captaron que fue justo por el operativo que Luis Miguel y sus invitados tuvieron que salir despavoridos por la puerta de atrás, cual “criminales en fuga”, cuando su “terrible pecado” era seguir cenando fuera de horario, ¡pero ya con la puerta cerrada del establecimiento!... (Claro, el concierto termina tardísimo y apenas a esa hora puede cenar el pobre de “Luismi”).
Total, fue una sobrada e innecesaria humillación a Luis Miguel y a sus invitados, que incluían a su hija Michelle Salas, a su hermano Alejandro Basteri y al empresario sampetrino Alberto Santos (el mismo cuya familia da nombre a la Calzada del Valle).
¿Acaso no tienen cosas más importantes que hacer los policías y funcionarios de la administración de Treviño que echarle a perder su cena a un “visitante de lujo” como Luis Miguel?
¿Era ese un delito tan apremiante y tan grave como para mover a todo un regimiento de la policía sampetrina que hasta llegaron con armas largas al lugar?
Critero señor alcalde, pero en cambio Miguel Treviño le cantó "te vas porque yo quiero que te vayas".