Ven en patrullajes mejor opción que retenes antialcohol
Los retenes antialcohol implementados por autoridades viales de los municipios de la urbe regia presentan claroscuros. Si bien han reducido los accidentes viales relacionados con el consumo de alcohol, también presentan inconvenientes, como causar más tráfico, la coerción hacia personas inocentes y la falta de una revisión más amplia a lo largo de todas las avenidas, lo que impide prevenir la totalidad de los accidentes.
Frente a los retenes, está la opción del patrullaje, una solución que aplican otros países para prevenir a los conductores ebrios. Y es que, en los filtros antialcohol, la mayor parte del largo de las vialidades se queda sin vigilancia, pues concentran a la mayoría de los oficiales en turno en un solo punto.
Otro punto vulnerable es que estos retenes generan escenarios propicios para la corrupción. Pues a decir de varios testimonios recolectados por el equipo de El Horizonte, son frecuentes las historias de oficiales que cometen acciones de cohecho, pero, debido a una cultura de pasividad, estas no se convierten en denuncias ante el Ministerio Público y quedan como cifras negras indeterminables.
En entrevista para este medio, el activista Antonio Hernández mencionó que, a su parecer, estos retenes tienen una finalidad distinta a proteger a la ciudadanía, ya que le falta estar implementada sin focalizarlo a ciertas fechas y tener una estrategia general.
“Me parece que no podemos decir que se trata de una medida que sea implementada para proteger a la ciudadanía que andamos en las calles, porque no es una situación permanente; se está focalizando justo en esta temporada del año.
“Considero que tendría que ser un elemento más de una estrategia de movilidad a nivel municipal o a nivel metropolitano, que justo tenga objetivos fundamentales de garantizar el derecho a la movilidad, de favorecer que las personas y no mueran atropelladas”, apuntó Hernández.
Por su parte, Ernesto Cerda Serna, presidente del Instituto de Estudios Estratégicos, sentenció que no deberían de ser multadas las personas que manejan en estado de ebriedad, para evitar el señalamiento de operativos recaudatorios.
En su lugar, propone que se inste a los conductores a comunicarse con familiares para que los pasen a recoger, o que utilicen un servicio de transporte, con una sanción administrativa o una llamada de atención en la primera incidencia. Pero, si ocurre una segunda vez, ahora sí aplicar la multa.
“La gente que se encuentra tomada no sea multada, sino que sea llevada a través de familiares o del pago de una de un taxi, esos Uber, a su casa. Pero que quiten y que la primera vez que te pesquen sea una sanción administrativa y luego ya después si reinciden, si vamos a cambiarle la jugada, o sea, estamos de acuerdo en que hay que castigarlos, pero la primera es una multa simplemente administrativa de atención”, subrayó Cerda Serna.
Además, diversos organismos de la sociedad civil han advertido que los instrumentos de medición de alcohol no son confiables. Como cuarto punto vulnerable, se destaca que un sector de la población ha adoptado una cultura de poco respeto hacia estos filtros, al dar ‘pitazos’ a través de redes sociales sobre la ubicación de los mismos, con el objetivo de evadirlos.
En la entidad, estos retenes de revisión, conocidos como antialcohólicas, incrementan su presencia durante las fechas decembrinas con el objetivo de disminuir la incidencia de accidentes vehiculares que podrían terminar en un desastre fatal derivado de las celebraciones.
Como ejemplo, los alcoholímetros de cero tolerancia, que se componen de un sensor de celda combustible y se han hecho más comunes en el estado, han sido señalados por detectar incluso el aroma del gel antibacterial, lo que ha causado complicaciones para conductores que no han ingerido alcohol.
Para hacer uso de estos aparatos, se requiere que cuenten con una certificación y una calibración internacional. Según un estudio realizado por la firma de abogados Thiessen en Texas, hay muchas variantes que pueden afectar el resultado de alcoholemia.
Este análisis destaca que un estudio de sangre y una medición del alcoholímetro, presentó una variación del 0.016%, lo que podría alterar los niveles establecidos por la ley de Nuevo León.
“La diferencia entre la media de los resultados de alcoholemia en sangre y en aire espirado fue del 0,016% en el estudio anterior, lo que subraya el hecho de que todos y cada uno de los resultados de alcoholemia utilizados para procesar a alguien por actividades delictivas deben someterse a un escrutinio extremo y exhaustivo”, se lee en el documento.
Con información de elhorizonte.mx
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