Tomás transforma su casa en un espectáculo para Halloween

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Tomás Rafael Jiménez Flores, un vecino de la colonia Joyas de Anáhuac en Escobedo, convierte su casa en un macabro espectáculo de Halloween.

  • Por: Edwin González
  • 16 Octubre 2024, 23:45

La luna llena de octubre anunció la llegada del terror a Escobedo. En la colonia Joyas de Anáhuac, Tomás, desde hace 15 años, volvió de su casa un macabro espectáculo de Halloween para la diversión de niños de todas las edades.

Bienvenidos a la mansión de los príncipes, aquí los espero, anuncia la bruja que es Tomás recibiendo a sus invitados.

Tomás Rafael Jiménez Flores comenzó a decorar su casa por diversión y le toma casi un mes prepararlo, pues, además de los animatrónicos y muñecos, pinta su casa para hacer más realistas sus creaciones.

Desde el 15 de septiembre comienzo sábados y domingos a estar preparando todo para ya tener todo listo dos días antes para poderlo hacer; se disfruta mucho tanto para los niños como para la gente grande, cuenta Tomás.

Tomás lo hace por gusto; incluso le han ofrecido dinero para hacerlo en otras casas, pero lo rechaza, pues es algo que hace por diversión en Halloween, Navidad y otras fechas, algo que sus vecinos lo agradecen.

Los invito a que vengan cada fecha, que el diez de mayo, día del niño, Navidad; yo en ningún lado había visto esto, invita Amalia Garza, vecina de Escobedo.

Tomás no cobra para dejar entrar a su casa, pese a que gasta en promedio hasta 40 mil pesos, pues muchas cosas las compra en Estados Unidos; sin embargo, la sonrisa de los niños lo vale.

Me gustó, un diez, está bonito. ¿No te dio miedo? Obvio, sí, me gustaron todas las cosas, nada más cuando me di cuenta de ese mono, cuenta Ángel, pequeño que disfrutó del arte de Tomás, pese al susto de un payaso que salta por sus sensores.

Será el día 31 cuando se acabe la magia y la bruja que es Tomás con su disfraz regale dulces a quienes se atrevan a llegar a la casa de la calle Vía Lazio 401 de la colonia Joyas de Anáhuac en Escobedo.

El día 31 es cuando ya se termina todo, el día primero ya no hay nada; claro, el día último 31 voy a regalar dulces, aquí los espero, invita Tomás.

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