Los tamales de doña Rosy son todo un arte, por el amor con el que los hace.En una casa de la calle 2 de abril, entre Tepic y Chiapas, en la colonia Nuevo Repueblo, en Monterrey, la tamalada es cosa de casi todos los días.Desde chica, ella aprendió a elaborarlos por tradición familiar, y lo que era un gusto se convirtió luego en un modesto negocio.Ya lleva casi 40 años de prepararlos.Parte del suculento sabor radica en aprovechar el caldo del cocimiento de la carne para amasar.La receta que aprendió ha funcionado.Doña Rosy se ayuda de sus hijos y de colaboradores, como Paola Leal, que a cada guiso y a cada tamal le pone toda su dedicación.Siempre de pie, ellas casi baten un récord.Los que los prueban, siempre regresan por más.Los tamales son de carne, pollo, queso, puerco, frijoles y cuando se lo piden de carne de venado.Ella se siente orgullosa de que la tradición continúe.Así, seguirán armando la tamalada.
Nuevo León
Sus tamales son todo un arte por el amor con el que los hace
Doña Rosy aprendió desde chica a hacerlos, porque su familia le enseñó, en la colonia Nuevo Repueblo, en Monterrey. Lo que era un gusto y tradición familiar se convirtió después en u negocio