Sufren migrantes hacinamiento en edificios irregulares
Edificios irregulares y en precarias condiciones se convirtieron en la única opción de vivienda para la creciente población de migrantes indocumentados en Nuevo León.
Ocultos a simple vista dentro del primer cuadro de Monterrey, estos inmuebles albergan a extranjeros de manera hacinada.
En Barrio Antiguo una propiedad ya construye su cuarto piso donde instalará, de forma irregular y sin permisos gubernamentales, 12 diminutas habitaciones más para alquilar a foráneos aprovechando la demanda.
Datos del Instituto Nacional de Migración muestran que en 2024, -hasta agosto-, suman 11,071 casos de extranjeros indocumentados detectados en la entidad.
La cifra representa un incremento de 22% en comparación con el mismo periodo del año pasado, cuando la sumatoria era de 8,800 personas.
INFO7 comprobó que ese edificio en Barrio Antiguo cobra $1500 semanales a migrantes dedicados al comercio en su paso por la Ciudad.
A algunos, reveló un inquilino, se les condona la renta porque son empleados para construir el próximo piso del inmueble.
Imágenes aéreas evidencian que los trabajados operan sin medidas de seguridad como arneses o cascos.
El dueño del lugar, al percatarse que eran grabados, pidió detener la captura de video para evitar cobros de la autoridad.
“Es que luego vienen los inspectores, viene luego luego el gobierno a hacer problema y quieren dinero.
“Ahorita voy a hablar con los muchachos para que no den entrevistas a nadie”, dijo.
No es el único caso, ni la única zona de la ciudad donde se da el fenómeno.
En las inmediaciones de centros de ayuda a migrantes es común que lleven dueños de predios para ofertar cuartos.
Encubiertos, el equipo de INFO7 ingresó a una habitación de aproximadamente 3x3 metros en la colonia Industrial.
El precio por semana era de $350, con pago únicamente en efectivo, y con un baño comunitario nada más.
En el cuarto apenas y lograba entrar una cama individual.
“Sin papeles y siendo de otro lado se batalla mucho para encontrar un buen lugar, muchas veces toca mejor hasta quedarse en la calle.
“Los cuartos que hay son muy, muy, pequeños y no son baratos”, comentó un migrante de Honduras.
La necesidad de un techo, comparten los extranjeros, también provoca que delincuentes se aprovechen.
“Ahorita en estos instantes no se puede confiar en nadie, llegan y te dicen que hay cuartos y cuando llegas le roban el dinero a uno”, compartió otro hombre de nacionalidad hondureña.
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