A Heraclio su empresa lo abandonó afuera de un patio lleno de monte, antes de eso lo dejó encerrado sin un baño y con la pierna destrozada por una caída.
Usó por cuatro días una bolsa de cemento y blocks, un hombre le ayudó, pero sus jefes en quienes confió no le dieron ni medicinas ni apoyo.
Heraclio Sánchez Nuñez trabajaba como albañil en la zona de Fuentes Del Valle, en San Pedro. Él mantiene a su sobrino, que es un joven de preparatoria y a su hermana que tiene problemas de audición y habla, pero se cayó y su vida cambió.
Heraclio iba a ser operado, pero era muy arriesgado, así que el dolor debía ser la cura para acomodar sus huesos.
El dolor físico sólo fue el inicio de su tortura, ya que lo obligaron a seguir durmiendo en la obra.
Heraclio señala al maestro de obra Adán y al arquitecto Javier Trujillo. Pide a los dueños de la casa que le den lo justo, pues la empresa para la que trabajaba no le pagó los servicios médicos, pues es pensionado del IMSS.