¿Hay culpables de que Nuevo León hoy no tenga agua? Sí los hay.
No solo es culpa de la naturaleza, ya que es caprichosa y cambiante, pero una cosa que estaba prevista desde el 2015 es que en Nuevo León nos íbamos a quedar sin agua.
La gráfica del consumo iba subiendo conforme crecía la población y se tenía muy claro el tope de la cantidad de agua que tiene nuestra cuenca.
Se tenía perfectamente calculado que desde el 2018 íbamos a batallar con el agua y se agudizaría para el 2021, y fue verdad. Por eso se vale decir que hay culpables.
Tan lo sabíamos que desde el sexenio de Rodrigo Medina, el entonces director de Agua y Drenaje, Emilio Rangel Woodyard, presentó un proyecto para una mega obra llamada Monterrey VI para traer agua del Río Pánuco, en donde incluso se logró una concesión federal para extraer hasta 15 mil litros por segundo de ese río.
Solo que el proyecto de ese acueducto Monterrey VI fue tumbado por Fernando Elizondo Barragán y Jaime Rodríguez Calderón, armando campañas de desprestigio para enterrar esta obra.
Otro que colaboró fue Eugenio Clariond, un empresario que encabezaba una ONG llamada Fondo Metropolitano del Agua.
Dicen que detrás de todo estaba la empresa regia Alfa, que quería venderle agua al estado de sus pozos, aunque luego ya no le salió.
Por estos señores, el Bronco, Fernando Elizondo y Eugenio Clariond hoy Nuevo León está sin agua.