Se mantiene la tradición de la piñata de siete picos
En cada rincón de México, las fiestas decembrinas se visten de colores y tradiciones que, a pesar del paso del tiempo, siguen vigentes. Entre ellas, destaca una figura: la piñata de siete picos.
Este símbolo ancestral de la lucha entre el bien y el mal, el pecado y la virtud, y que al día de hoy ha visto un aumento de ventas.
“Gracias a Dios, este año nos ha ido bien, sí ha estado fuerte la venta. Más o menos diario sí andamos vendiendo unas 20, 30 (piñatas)", señaló Leonel Gutiérrez, vendedor de piñatas.
Durante años, las piñatas que se compran siempre han sido sinónimo de felicidad y celebración.
“Para nosotros representa la alegría de los niños", dijo.
La piñata de siete picos, con su estructura compleja tiene su mensaje profundo, sus picos simbolizan los siete pecados capitales, la soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza, además los colores que los acompañan, simbolizan la luz de la fe.
El artesano, orgulloso de su oficio, refleja una tendencia de revivir las raíces culturales de la Navidad.
En estos días de diciembre, la piñata de siete picos sigue siendo un testimonio de la resistencia de las costumbres mexicanas, aquellas que con el tiempo, encuentran nuevas formas de reconfigurarse, sin perder su esencia.
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