Se imagina exponerse a una temperatura de más de 150 grados, cargar un equipo especial que pesa más de 25 kilos e ingresar a una línea de fuego para enfrentar un peligroso siniestro.
El capitán Alfredo Olivares, del departamento de Bomberos Nuevo León, es uno de los héroes anónimos que hay en esta metrópoli y que bajo estas temperaturas extremas, desempeña su labor como cazafuegos.
Durante sus 25 años de servicio no había enfrentado temperaturas tan extremas y las que están por presentarse que podrían rozar los 47 grados. Sin embargo, si comúnmente sofocar incendios a una temperatura de más de 150 grados ahora la sensación térmica que van a vivir los bomberos simplemente será infernal.
Los bomberos también forman parte de los oficios peligrosos a desempeñar ante la presencia de una ola de calor.
Y aunque se blindan para destruir a su enemigo, también pueden ser carne de cañón.