Don Wenceslao es un hombre de 80 años de edad, habita en el municipio de Monterrey y trabaja como pepenador para sobrevivir.
Un tejaban hecho de madera, lamina y cartón es su refugio y el de sus mascotas, quienes son su compañía.
Recoge cartón, vidrio, aluminio y cobre, y apenas le da para comer.
¿Cuánto gana por llevar a cabo este trabajo?
"Me gano 50 pesos, 100, o a veces nada, a veces no encuentro nada"
¿Y sí le da esto para comer?
"Sí con eso la paso”, dijo.
Quizá suene motivante llegar a los 80 años fuerte y lúcido, pero a don Wenceslao, lo invade la soledad.
“Nunca hallé nada de mujer, una fuerte y buena; nada, nunca, encuentras puras viejas mañosas que te bajan la feria nada más”, compartió.
Hace de todo para subsistir.
No tiene agua, pero él camina a colonias cercanas para acarrearla.
Duerme en un pequeño cuarto lleno de telarañas, y no hay quien le brinde un apoyo.
“Sí me pega la tristeza de estar solo, pero que hago, me tengo que aguantar, y es que hace falta la compañera para que te lave la ropa y te haga de comer y todo. Solo no, porque es una vida muy dura, muy perra”, relató.
A pesar de ello, le enorgullece no depender de nadie.
“Yo solo me mantengo, ahí con lo poco que saco compro tortillas, frijoles, huevo”, platicó.
Esta es la situación de cientos de ancianitos que con los años se hacen invisibles.
Si usted quiere ayudarlo a mejorar sus condiciones, habita en un pequeño tejaban, ubicado sobre la calle Lamosa, de la colonia Valle del Mirador, en Monterrey.