El diputado panista Mauro Guerra renunció a su cargo como presidente del Poder Legislativo, asegurando que no quiere caer en un uso indebido de su plataforma en estas elecciones, sin embargo, Movimiento Ciudadano asegura que es para no salir sancionado por todas sus omisiones.
Con el regreso de los diputados al Congreso, luego de dos semanas de vacaciones por la semana santa, a muchos tomó por sorpresa el hecho de que Mauro Guerra solicitara retirarse del Poder Legislativo y en su lugar quedara el priista Ricardo Canavati, quien fungía como primer vicepresidente de la mesa directiva del legislativo.
(Mi renuncia) es para que no se preste a acusaciones de un uso indebido de lo que representa el Poder Legislativo.
Nosotros hemos criticado mucho el como hay una elección de estado porque desde el Poder Ejecutivo se utiliza el aparato de gobierno, los eventos públicos para beneficiar a algunos candidatos y en ese sentido yo me hago a un lado, la mesa directiva sigue trabajando con el aval de todos los diputados que sí quieren trabajar y aquí seguiremos, no tomaré licencia, dijo Mauro.
Sin embargo, los diputados de Movimiento Ciudadano vieron la renuncia de Guerra como una manera de “salir bien librado” de cualquier sanción que se pueda otorgar a la presidencia del Congreso, por las omisiones que se han hecho a ordenes del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y del Tribunal Estatal Electoral.
Mauro Guerra avienta el arpa aquí en el Congreso por el miedo que tiene a que precisamente la justicia lo alcance y eso hay que señalarlo porque no se puede disfrazar como lo quieren hacer ver ahorita el PRI y el PAN, dándole una salida, un agradecimiento.
Cuando la realidad es que Mauro Guerra se va por la puerta de atrás de este Congreso, dijo Eduardo Gaona de Movimiento Ciudadano.
Puntualizó que estarían interponiendo un amparo ante un juzgado federal en contra del acuerdo de la renuncia de Mauro guerra y las modificaciones que se hicieron en la mesa directiva, ya que se tiene que sancionar a Mauro Guerra por no cumplir con las ordenes de las autoridades electorales.