Con la intención de conocer qué tan fotogénicos son los regios se planeó un experimento social en donde se le tomarían fotografías a los transeúntes sin previo aviso, en Morelos, centro de Monterrey.Curiosamente al comenzar el experimento las personas fotografiadas reaccionaban de forma indiferente ante un completo extraño que les tomaba fotografías a corta distancia, no solo eso, comenzaron a posar para la cámara a petición del fotógrafo sin conocer para qué serían usadas las fotos.En conclusión, de 10 regios fotografiados únicamente dos se consideraron fotogénicos, los demás resaltaron rasgos negativos por los que no serían bien retratados, pero a pesar de esto demostraron que sí les gustan las fotografías y están dispuestos a posar frente a un extraño que únicamente les mencionó que realizaba un “proyecto fotográfico”.Conforme avanzó el experimento dos parejas rechazaron las fotografías, adultos mayores creyeron que se les pediría una cuota por las fotos y se negaban alegando que ya tenían muchas fotos, por otra parte una pareja joven lucieron apenados y se negaron a ser retratados alegando que tenían prisa, al explicar que la dinámica era parte de un proyecto fotográfico quedaron dudosos y se retiraron del lugar.Una señorita en primera instancia se negó por cuestión de inseguridad, después de unos minutos de plática no solamente fue convencida para tomar una fotografía sino que hasta autorizó que el fotógrafo tomara sus manos para acomodar su pose.
