Protestan papás de 'No más hijos rehenes' afuera del TSJ
Integrantes de la asociación "No más hijos rehenes" protestaron afuera del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), en el centro de Monterrey, para exigir que se garantice la convivencia con sus hijos menores de edad y, además, que se castigue a un juez que intentó arrollar a uno de los papás.
La manifestación contra el órgano en el que reside el Poder Judicial fue pacífica en la banqueta de la avenida Juan Ignacio Ramón, entre las calles Zaragoza y Escobedo.
A la protesta llevaron un carro "yonqueado” para conmemorar que el 19 de diciembre del año pasado un empleado del Poder Judicial de nombre Javier Arturo Garza García, ahora juez, presuntamente le aventó su coche a uno de los papás que mantuvieron durante un mes un bloqueo en el acceso al edificio, Alejandro Ríos.
Como se sabe, el año pasado los integrantes de la Asociación acamparon en la vía pública, afuera de la entrada a los juzgados familiares, cerrando vialidades y ahí permanecían día y noche.
En aquel entonces, los papás, en su mayoría divorciados, presionaron de ese modo al TSJ a mantener abierto durante todo el periodo vacacional el Centro de Convivencia Estatal.
Y es que no entendían cómo, por las vacaciones de los burócratas, el Centro de Convivencia cerraba en diciembre, mes que es precisamente el más anhelado por los menores para pasar las fiestas navideñas y de fin de año junto a sus padres.
Tras la presión, en aquel entonces se anunció que el Centro no cerraría por vacaciones.
Sin embargo, alegaron, quedó pendiente el castigo para el ahora juez y denunciaron que lo protegen en el Poder Judicial y en la Fiscalía Anticorrupción, ya que no han procedido ante la denuncia presentada.
Por eso, en la protesta desplegaron mantas identificando con fotos los rostros de los supuestos responsables.
Este viernes, los manifestantes, entre los que también hay madres de familia, pidieron a los jueces revisar los expedientes que les impiden ver a sus hijos menores de edad.
Alegaron que en muchos de los casos los juzgadores ni siquiera ven los expedientes y dan por hecho que el cónyuge denunciado es culpable sólo por el hecho de haber sido señalado por la contraparte.
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