Basura sobre la calle y las banquetas, terrenos baldíos, locales deshabitados, es solo parte del panorama actual de la calle Villagrán.
En 1968 la calle Villagrán, ubicada en el corazón de Monterrey, adquirió su nombre; lo que antes era una vialidad llena de recintos culturales y de entretenimiento como el cine Encanto o el cine Bernardo Reyes,la casa de la familia Madero o el colegio Miguel F. Martínez, hoy luce en el olvido.
La basura es una constante.
Específicamente, en la esquina de Villagrán y Arteaga, donde es un punto muy transitado por diferentes rutas de camiones, un terreno baldío es utilizado como basurero y en donde personas en situación de calle han construido un lugar en donde pasar las noches.
Esa misma situación se replica en una construcción abandonada que se ubica entre Carlos Salazar y Jerónimo Treviño.
Las aceras están saturadas de desechos, desde envoltorios hasta muebles en mal estado, que se acumulan en varios tramos de la calle.
La falta de limpieza y la proliferación de basura han convertido la zona en un foco de insalubridad que afecta no solo la estética de la calle, sino a quienes aún viven, trabajan o transitan por la zona.
Encima el abandono de varios edificios y comercios también contribuye al deterioro de la calle. En varias propiedades, las fachadas están descuidadas y algunos locales permanecen cerrados durante largos períodos.
Pero eso no es todo, los transeúntes se sienten inseguros.
Cabe señalar que a lo largo de las nueve cuadras, es decir desde Madero hasta Aramberri, en la calle no se encuentra ni un solo punto de vigilancia.
