Los peatones son primero, pero también deben cumplir reglamento

INFO7 - Por su grado de vulnerabilidad en comparación con los vehículos, los peatones y ciclistas siempre tendrán preferencia y serán más protegidos por la ley, pero eso no quiere decir que tengan vía libre para transitar y cruzar por donde quieran.El Reglamento de Tránsito Homologado del Área Metropolitana ordena en el Artículo 7, Capítulo II, que los peatones están obligados a caminar por las aceras y, si no hay, por las orillas de las calles y de frente a los vehículos.También dice que deberán cruzar por las esquinas, cebras peatonales, semáforos, puentes peatonales o donde esté un agente de tránsito. La calle es de todos y la compartimos con todos, pero existe una prioridad que se marca en el artículo 2 del Reglamento de Tránsito donde indica que esta prioridad es, primero van los peatones, seguidos los ciclistas, después el transporte público, el transporte de carga y al final los carros y las motocicletas, afirmó la directora del Movimiento de Activación Ciudadana (Movac), Luisa Peresbarbosa.El artículo 8 dice que los peatones tienen prohibido cruzar a media calle, en medio de vehículos estacionados o en movimiento y si lo hacen, no serán multados, pero sí amonestados por un tránsito, es decir, sólo los regañará. Son amonestaciones, sí como peatón pues tenemos que cruzar por estos lugares o tratar de evitar, así como el celular es un distractor para el conductor también el celular es un distractor para el peatón, dijo la experta.En cuanto a los ciclistas, el reglamento les permite transitar por la calle, pero a un metro de la banqueta.Los puentes peatonales a veces son muy polémicos porque usualmente o muchas veces se encuentran abajo de calles donde hay semáforos o están en una esquina y ahí, en realidad, las personas que caminan o los peatones, sí pueden cruzar por debajo de la calle, añadió.El Movimiento de Activación Ciudadana, Movac, organismo enfocado a la seguridad vial, sostiene que aún y con estas disposiciones, el automovilista está obligado a reducir la velocidad pues un peatón o ciclista no salvaría su vida si es embestido a 60 kilómetros por hora.