Una gran ciudad como la urbe regia, que se está convirtiendo en imán de inversiones multimillonarias y motor de empleo para el país, no puede depender solo de “la suerte de que llueva”, pues claramente eso ya no le garantiza contar con suficiente agua para sus necesidades, como es evidente hoy en día.
Ante este entendimiento, el sector privado, académicos, activistas y expertos coincidieron en que es urgente realizar obras de gran calado que puedan garantizar un suministro de agua continuo y seguro para el presente y futuro de la urbe regia.
Esto se podría lograr al traer agua de otras regiones del país de donde sí la hay, y donde no se agotaría, como por ejemplo, el río Pánuco o el Golfo de México.
Para ello, afirmaron, es necesario desarrollar infraestructura como acueductos o plantas desaladoras tan como desde hace décadas lo hicieron ciudades como Los Ángeles, Las Vegas, San Antonio e incluso la Ciudad de México.
Y es que, actualmente, Nuevo León está inmerso, otra vez, en una crisis de agua, pues gran parte de los pozos están abatidos y las presas registran niveles críticos, lo que ha derivado en cortes de agua en decenas de colonias, lo cual Agua y Drenaje admite como “reducciones del suministro”.
Horacio Martínez, director del Instituto para la Protección Ambiental (IPA) de Caintra, dijo que para nadie es nuevo que las lluvias son una “moneda al aire” para el estado porque lo desde hace mucho se debió cambiar el enfoque a buscar nuevas fuentes.
“Lo que tenemos que buscar es las maneras para ya no depender de la lluvia, vivimos en una ciudad que siempre ha sido árida... no podemos depender del agua superficial de presas.
“Recomendamos que sí, continuamente se estén buscando nuevas fuentes de suministro... hay un estudio del Fondo Ambiental Metropolitano (FAM) del 2018, o sea, el Plan Hídrico el rumbo al 2050 donde mencionaban las distintas opciones”, dijo el director del IPA.
Con información de conagua.gob.mx