Don Aurelio es uno de los miles de vendedores de billetes de lotería. Lo encontramos descansando en una banca sobre la avenida Miguel Nieto, en Monterrey.
En su mano derecha, lleva consigo los ejemplares para el sorteo de la lotería, pero en su mente esperando el día del padre.
Ese día especial, don Aurelio lo disfruta al lado de sus tres hijas y ocho nietos.
Aunque ese día todo es felicidad, también un halo de tristeza lo invade al recordar a su fallecida y querida esposa.
Pero mientras ese día llega, la suerte no espera y los billetes de lotería tienen que estar en la mano del ganador.