'La Casa de Aramberri' abre sus puertas al público
Sin duda, una de las leyendas más conocidas y porque no hasta querida de la ciudad de Monterrey es la del 'Crimen de la Casa de Aramberri'.
A pesar de que han pasado 90 años del crimen que marcó la historia de la sociedad regiomontana, continúa siendo tema de conversación aun entre las nuevas generaciones.
Durante años, la propiedad había sido visitada de manera clandestina por curiosos en busca de eventos paranormales, pues se decía que presuntamente se escuchaban psicofonías de las víctimas, entre otros sucesos.
Finalmente, en el 2021 la casa tuvo que ser completamente sellada para evitar que los curiosos o investigadores paranormales intentaran entrar.
La buena noticia es que 'La Casa de Aramberri' fue convertida en restaurante, por lo que las personas podrán tener una experiencia única y si tienes suerte hasta paranormal. También funcionará como museo, ya que cuenta con artículos que pertenecían a la familia Montemayor.
De acuerdo con imágenes que circulan en redes sociales del interior, se puede apreciar que la casa guarda algunos muebles de la época, lo cual da una sensación lúgubre.
Cómo ocurrió el crimen
El crimen ocurrió un 5 de abril de 1933, cuando Delfino Montemayor salió muy temprano a trabajar en la emblemática Fundidora de Monterrey, pero al regresar a su casa fue testigo de una dantesca escena: Su esposa y su hija habían sido brutalmente asesinadas.
De acuerdo con los periódicos de la época, la sociedad regiomontana estaba horrorizada, mientras que la policía y los investigadores estaban sorprendidos por el alcance de la violencia.
Las autoridades confirmaron que él o los delincuentes se habían apoderado de un botín valuado en alrededor de 4 mil pesos de la época.
La leyenda dice que la clave para resolver el crimen fue un cotorro que la familia tenía como mascota y que después del crimen repetía "No me mates Gabriel", llevando a la policía hasta una carnicería en donde trabajaba Gabriel Villarreal, quien terminó por delatar a los sobrinos de Delfino: Fernando y Heliodoro Montemayor, quienes con la ayuda de Gabriel y otros dos cómplices habrían cometido el aterrador crimen.
Ninguno de los involucrados pisó la cárcel, ya que debido a la presión social, se les aplicó la denominada 'Ley Fuga' lo que significa que si eran llevados a prisión eran liberados y ejecutados inmediatamente.
Los cuerpos de Doña Antonia y la señorita Florinda fueron enterrados en el Panteón de Dolores, de igual forma el de Delfino Montemayor, quien murió en 1957.
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