Incendio arrasa con el taller de Lalita, pero no con su fe

Una vela encendida fue la causante de un incendio en un taller de costura, ubicado en la Colonia Fomerrey, al norponiente de Monterrey

El fuego arrasó con el taller de Lalita, menos con su fe. En medio de las llamas, supo dar gracias a Dios que se quemaron las telas y los hilos que le dan de comer, pero ella y su familia están bien. Un descuido cambió todo. La veladora con la que reza provocó el incendio en su casa al norponiente de Monterrey.

Eduarda Méndez Vázquez vive en la casa número 5626 de la avenida Ruteros, al cruce con la calle CNOP en la colonia Fomerrey 35; este Día de los Inocentes, hizo una oración como todas las mañanas para agradecer por un nuevo día, después salió a hacer el desayuno y dejó su taller solo.

La habitación donde tenía su taller de costura estaba en la entrada de un conjunto de cuartos que compartía con su familia; ahí mismo tenía el árbol de Navidad y su nacimiento; la veladora estaba en la corona de Adviento, que enciende por la tradición católica que profesa; ahí comenzó el incendio.

“Como que eso le queda a uno, impotencia de salir adelante o le queda a uno, así como de que ya no voy a volver a recuperar eso y de ahí sobrevivimos y es lo que sí me haría falta para la entrada de eso; no es mucho lo que entra, pero para el pan de cada día”, confesó.

Volvió de desayunar y las llamas, junto con el humo negro, cubrían su taller de costura; la obscuridad era total, solo el amarillo del fuego salía de la puerta blanca; pero no estaba sola, los vecinos y automovilistas le ayudaron, mientras los bomberos llegaban, ellos apoyaron a la señora de 72 años.

Sin embargo, en medio de la obscuridad y el fuego, sintió a su Dios. Cuando todo acabó y las llamas se apagaron, vio sus biblias y tuvo paz. Ninguna de las dos biblias dentro del taller se quemó. Las llamas no tocaron el papel donde todos los días lee las enseñanzas de su fe.

“En dónde se encendió la vela, en la corona de Adviento tenía yo mi biblia, porque ahí hago oración, y ahí quedó mi biblia; esa quedó intacta, no se me quemó, nada de daño, entonces dije yo, aquí está Dios; traigo otra biblia que es la que cargo todos los días, intacta”, contó.

Lalita no puede ocupar su taller, las autoridades de Protección Civil consideran que no es habitable, pues el techo quedó dañado; ahora busca rehacer su lugar de trabajo y recuperar sus herramientas de costura, pues es lo que ha hecho toda su vida, sin embargo, se siente tranquila.

“A pesar de todo eso, yo siento paz, pues no sé de dónde, a pesar de todo que vi que pasó, siento paz”, dijo para Azteca Noticias.

Pese a su fe, reconoce y recomienda que, aun con las oraciones, se debe tener cuidado con las veladoras para que las personas no pasen lo que ella pasó.

“Tener esa prudencia, ser prudente con lo que tenemos y que todo, pues hay un riesgo y tenemos que tener ese cuidado, verdad, que yo nunca las dejo prendidas y, sin embargo, me ocurrió ese descuido”, finalizó.


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