'Huimos por el techo; perdimos todo': afectado en inundación

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Habitantes del fraccionamiento Pilares, en Salinas Victoria, vivieron momentos de angustia tras la inundación que afectó sus hogares

  • Por: Edwin González
  • 16 Septiembre 2024, 09:40

A Omar lo despertaron los truenos. Al bajar de la cama, el agua le llegó a los tobillos. Se asomó por la ventana y vio carros arrastrados por la corriente. La inundación fue rápida, sólo pudo escapar. Se subió al techo y corrió entre las casas.

El agua alcanzó el metro y medio de altura, cuando quiso volver por documentos, ya no pudo.

“Vi mucha gente que estaban ahí gritando, que lo auxiliaran, pero Protección Civil tampoco podía entrar porque ya estaba la creciente muy alta. Todos se subieron al techo, todos, todos estaban arriba”, cuenta Omar Gopar.

La crecida inició a la una de la mañana del 15 de septiembre. El agua afectó 130 viviendas del fraccionamiento Pilares, sector uno y dos en Salinas Victoria, Nuevo León.

Omar vive en la calle Cementos Mexicanos del segundo sector y, junto con sus vecinos, para las cinco de la tarde aún limpian. Ninguno durmió. Buscan salvar algo de su patrimonio.

Se pueden ver carros dañados con basura pegada, colchones inservibles, refrigeradores, juguetes, muebles y ese lodo seco mezclado con aguas negras que cubre el suelo. Las paredes muestran la marca hasta donde llegó el agua.

El canalón ya luce en calma, pero los matorrales acostados son evidencia de la violencia de la corriente.

La familia de Omar está bien. Decidieron pasar las fiestas patrias en Guadalajara, Jalisco, de donde es su esposa.

Ella y sus cinco hijos no estuvieron en la inundación y ahora volverán a una casa distinta a la que dejaron. Volverán, para empezar de cero.

“Es triste ver las cosas que tú te haces con tanto sacrificio flotando en el agua y llena de lodo, pérdida total. Yo tengo cinco hijos y tengo dos mellizos, dos cuatitos de ocho meses y toda su ropa, su cuna, fue pérdida. Todo el drenaje salía por la regadera (…) Hay que darle duro, porque no queda de otra y empezar desde cero, porque es empezar desde cero”.

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El río de lluvia

"El río de lluvia me mojó mis cuadernos y juguetes".

El hijo de Mario cuenta la madrugada que vivió. Tiene seis años. A Mario y su esposa les tocó trabajar en el turno de madrugada y sus hijos se quedarían en casa, una adolescente de 14 años y el niño. Él recuerda la aventura, ellos, la preocupación.

La familia de Mario vive en Pilares Sector Uno. Un punto más alejado del canal en dónde el agua no subió tanto, sin embargo, para llegar los padres debían pasar por caminos que estaban cerrados por la fuerte corriente.

"Estábamos muy preocupados, pero no podíamos pasar, ni Protección Civil podía pasar", cuenta Mario.

En el sector uno se observan menores daños que en zonas del segundo sector a comparación de la zona de Cementos Mexicanos, sin embargo, aún así se ven los estragos de la crecida. Muebles mojados, automóviles con basura y aparatos descompuestos.

"Habían rayos, subimos nuestras cosas para que no se mojaran. El río de la lluvia entró a mi casa", cuenta el niño. 

De acuerdo con el Sistema Meteorológico Nacional a través del Registro de Lluvias Registradas, en la madrugada entre la noche del 14 de septiembre y la madrugada del 15, en Nuevo León se registraron lluvias fuertes de hasta 40 mililitros.

Aunque los vecinos del sector uno entienden que deberán atender a primero a los más afectados, también piden ser tomados en cuenta por las autoridades.

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“Aquí nos tocó vivir”

La calle Cementos Mexicanos topa con el canalón de Los Pilares, justo con la intersección de la calle Macroplaza. Para la tarde del domingo, ya podían pasar personas caminando o en carro, pero en la madrugada, formaba parte de la corriente, ahí viven Lucinda y su esposo.

De alguna manera la malla ciclónica de la pareja sobrevivió las embestidas del agua.

En ella se ven cartones, ramas y basura que dejó a su paso la inundación. Al cruzar y entrar al patio, la lavadora y un refrigerador, quedaron encima del carro al que el agua cubrió completo.

Los esposos lucharon por cerrar su puerta, para evitar, aunque sea un poco que el agua entrara.

“No podíamos ni cerrar la puerta porque el agua nos la empujaba, los dos estuvimos ahí hasta que pudimos cerrarla. Perdimos todo, ya así, poco a poco vamos ir empezando otra vez”, cuenta. 

Vivir cerca del canal en Pilares, es sufrir de inundaciones constantes. Adentro de la casa de la pareja se ve sus muebles, trastes y otro refrigerador dañado, el segundo, pues el que está afuera, la inundación de hace un tiempo, lo descompuso, por esa misma razón no tienen sala, aún no lograban comprarla.

Tanto Lucinda como Omar piden solución a las inundaciones, pues irse, no pueden, no tienen a dónde y necesitan que el canal logre contener el agua.

“Que le den un mantenimiento adecuado al canal para que no vuelva a pasar lo mismo. De nada sirve que tú te vuelvas a hacer de tus cosas, vuelva a suceder algo similar, otra vez pérdida total. Aquí nos tocó vivir, no podemos irnos de acá porque aquí estamos”, opina Omar.

“El canal debería de hacerlo más hondo y tener un buen drenaje, porque aquí nos tocó vivir, no tenemos a dónde irnos, pero como quiera tenemos el apoyo del alcalde (de Salinas Victoria, Raúl Cantú), él nos ha apoyado”, dijo Lucinda.

El presidente municipal, Raúl Cantú, pedirá al gobernador de Nuevo León, Samuel García, que emita la declaratoria de desastre para la zona de Los Pilares, de mientras, con las fuerzas que les quedan, los vecinos continúan limpiando, hasta la próxima inundación, mientras el canal no sea atendido.

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