Una ambulancia pierde valiosos segundos porque un auto no le cede el paso, aunque la sirena está encendida indicando una emergencia, el vehículo compacto obstruye la circulación de los rescatistas.
Situaciones como esta no solo entorpecen todos los días la operación de los cuerpos de auxilio sino que también pueden traer accidentes.
La falta de cultura vial no es la única situación que entorpece la prestación de los servicios de emergencia.
Y es que cómo puede existir una sistema de emergencia rápido si ni siquiera hay suficientes vehículos de rescate.
Datos de los municipios metropolitanos y de información estatal disponible arrojan que únicamente hay 99 ambulancias del sector público local para los más de 5 millones de habitantes de la zona conurbada.
Y a eso súmele lo intransitable de las diferentes arterias de la metrópoli por el creciente parque vehicular y también las recientes afectaciones viales por desastres naturales.
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