Después de la tempestad del 22 de septiembre, la calma no llega para los vecinos, al padecer un problema de drenaje pluvial que los dejó con el agua hasta el cuello.Y si no vea estás imágenes, las calles se volvieron ríos y hasta se formaron pequeñas olas y remolinos.Doña Graciela Mireles, de 70 años, aún recuerda aquella mañana como azotaba la furia de la tormenta.Yaneth Zamarripa, regresaba a casa después de dejar a su hija en una guardería, cuando el fenómeno la tomó por sorpresa.Estas imágenes dan muestra de la fuerza con la que rugía el viento y la rapidez con la que este punto quedó inundado.Estas personas se aventuraron a cruzar entre la corriente a pocos metros de un canalón desbrodado y una alcantarilla destapada."Queremos hacerle una invitación los vecinos de la colonia, a la alcaldesa Margarita Arellanes para gestionar un buen drenaje pluvial, ya que tenemos miedo de que nos volvamos a inundar", expresó Yaneth Zamarripa,vecina del sector.Bastaron sólo 15 minutos, pero ahora los vecinos temen quedar otra vez bajo el agua.