A la vista de todos a un costado de las vías del tren, en la colonia Venustiano Carranza, en Monterrey, se ubica un macro deshuesadero de cascarones de rutas urbanas que alguna vez prestaron servicio y nadie hace nada.
Vecinos denunciaron un cementerio de restos de camiones de transporte público, viejos, yonkeados, desmantelados, en desuso, en el cruce de la Vía a Tampico y la calle Flores Magón.

Un particular presuntamente se apoderó de la zona que es de jurisdicción federal, antes por ahí podían pasar los peatones, pues para ellos es una calle, pero al mecánico invasor no le importó cerrar el paso para instalar ahí su deshuesadero, donde predominan unidades desvencijadas de las rutas 334 y 42, además de que también se concentran autos particulares que están descompuestos.
Ese tramo es parte del derecho de vía del ferrocarril.

Los colonos denunciaron que el invasor extendió sus dominios pues al parecer invadió algunas casas abandonadas frente a los rieles para usarlas de bodega de refacciones y herramientas.
Un empleado confirmó que el sitio es usado como taller mecánico.
Tras el reporte apareció el invasor quien minimizó las quejas de los colonos.
El municipio de Monterrey aseguró que no podía intervenir porque el área es de jurisdicción federal.
