Abrahán “N”, es un joven de 15 años, quien, tras crecer en una colonia conflictiva de Monterrey y ser cambiado de plantel educativo por problemas graves de conducta, ha logrado encontrar una segunda oportunidad gracias al Centro de Atención Integral para Adolescentes (CAIPA).
En 2024, llegó a uno de estos centros, que son espacios gratuitos que fortalecen los factores de protección personal y familiar de jóvenes de entre 12 y 18 años en situación de riesgo o en contacto con los sistemas de justicia, donde tuvo que enfrentar un camino cuesta arriba.
“Lo más difícil fue estar aquí en contra de tu voluntad, porque al principio no quieres venir. Pero entendí que ser constante y buscar el lado bueno cambia todo”, dijo Abrahán.
En el CAIPA encontró acompañamiento psicológico, disciplina y, sobre todo, un espacio para expresarse a través del taller de fotobiografía.
Ahí logró exhibir sus imágenes en la exposición colectiva “Concreto”, presentada en Monterrey y Guadalupe.
“Sentí mucha alegría, mucho entusiasmo y satisfacción. Son fotografías mías, el entorno donde me desenvuelvo todos los días en el trabajo, de mis padres, de mi familia y participé en dos exposiciones”, comentó.
Hoy estudia la técnica de Administración de Recursos Humanos en el CEBETIS 22 y sueña con emprender dos negocios.
Su cambio no solo lo ha impactado a él, también a su familia y en especial a su madre.
“Antes apenas quería acabar la secundaria. Ahora me dice: ‘Ándale, vamos a pagar la inscripción, ya quiero ir a la escuela’. Sí es un gran cambio”.
“Como mamá fue muy difícil verlo en malos pasos, porque nunca quieres eso para tus hijos. Pero el CAIPA le cambió su manera de pensar y de comportarse. Hoy verlo estudiar y con ganas de salir adelante es un orgullo que no tiene palabras”, comentó Victoria Pérez.

Abrahán, por su parte, sabe que estos centros, respaldados por el gobernador Samuel García y liderado por la secretaria de Igualdad e Inclusión, Martha Herrera, pueden ayudar a muchos jóvenes.
“No tiene nada de malo venir al CAIPA. Al contrario, te ayuda a encontrar el lado bueno y a descubrir algo que te guste. A mí me funcionó y le puede servir a muchos más”.
Con 22 centros en 15 municipios y un CAIPA Estatal, estos espacios han brindado más de 173 mil servicios entre 2021 y 2025, beneficiando a más de 18 mil adolescentes y sus familias.
A través de terapias psicológicas, orientación vocacional, talleres artísticos y deportivos, los CAIPA se han convertido en un pilar en la prevención de adicciones, la reinserción escolar y la construcción de nuevos proyectos de vida.
Uno de los grandes ejemplos es Abrahán, quien hoy aprovecha todo lo aprendido y busca una mejor vida.
Tampoco es necesario atravesar por algún conflicto educativo, cívico o penal para recibir apoyo.
Los adolescentes pueden acercarse a los CAIPA si requieren de alguna terapia u orientación y no cuentan con los recursos para solventarla.
