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De los pasillos a redes: acoso que no termina al sonar el timbre

Por: Julieta Guevara

18 Diciembre 2025, 09:01

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Expertos describen el acoso escolar como una patología que se hereda y se contagia al minimizar su impacto por parte de los adultos

Lo que antes se limitaba a los salones de clase, pasillos o calles, hoy se reproduce con una virulencia incontrolable detrás de una pantalla.

El acoso, alguna vez catalogado como un conflicto estrictamente escolar, ha mutado en un virus social en expansión, capaz de infiltrarse en chats, videojuegos y redes sociales, donde la violencia no solo persiste, sino que se amplifica y se vuelve permanente.

Para los especialistas, uno de los principales obstáculos en la prevención del acoso es la minimización del problema por parte de los adultos.

Situación alarmante

El psicólogo Agustín Nieto advierte que la realidad actual es incomparable con la de décadas pasadas.

“La exposición de nuestros jóvenes hoy es mucho mayor. Es un error muy común de los padres decir ‘yo aguantaba el bullying’. La escala y el alcance han cambiado drásticamente”, señala.

Por su parte, la psicoterapeuta psicoanalítica Cristina Kennington enfatiza que la exposición temprana a plataformas digitales es un factor de riesgo determinante.

“La realidad es que los niños no deberían tener redes sociales. Aunque la mensajería instantánea puede ser foco de acoso, es más controlable que plataformas como Instagram, Snapchat o incluso videojuegos como Roblox”, explica.

Las sanciones dentro de los planteles han generado un efecto colateral: los estudiantes “evitan problemas” dentro del campus, pero los conflictos no desaparecen, sino que se trasladan a espacios públicos.

En la zona metropolitana de Monterrey, es cada vez más frecuente que las peleas ocurran en parques o esquinas para ser grabadas y viralizadas.

En este escenario, aparece un tercer actor crítico: la audiencia. La violencia ya no es un asunto de dos, sino un espectáculo consumido por miles.

“Los espectadores pueden ser pasivos o activos”, especifica Kennington.

“Los activos son quienes ríen, incitan al agresor o incluso son los autores intelectuales del ataque, aunque no lancen el golpe. Se vuelven copartícipes bajo la falsa premisa de que no hicieron nada”.

Causas de acoso escolar

Las causas que alimentan este fenómeno son múltiples y profundamente entrelazadas:

  • Hogares con poco o nulo diálogo
  • Padres con jornadas laborales extensas que limitan la convivencia con sus hijos
  • Escuelas rígidas, enfocadas más en reglas que en educación emocional
  • Docentes sin herramientas para detectar señales tempranas
  • Una cultura que premia el individualismo: “si no me afecta, no me meto”
  • Redes sociales que normalizan la burla como forma cotidiana de interacción

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