Dan la batalla al cáncer de mama como unas guerreras
A ellas el cáncer de mama no las vence: un grupo de pacientes salen adelante gracias a su actitud, a su familia, a los grupos de autoayuda y al IMSS.
Rosario Armendáriz Rodríguez, paciente del Hospital de Zona 6, siempre se hacía el examen de mama, pero en el 2019, agobiada por la separación de su esposo, no se lo hizo, y tampoco en la pandemia.
Le detectaron una bolita en un seno, era cáncer grado 2. Uno de sus hijos se rebeló.
"Le dije: te necesito fuerte a ti y a tu hermano porque la que va a salir adelante soy yo, me detectaron cáncer y necesito mucho el apoyo de ustedes. Y él lloró y me decía: ¿por qué tú?¿por qué no él? Y yo le dije: no digas eso. Dios sabe por qué hace las cosas", recuerda.
Rapido, la sometieron a quimioterapia, luego a cirugía y a radiaciones.
"Al IMSS le estoy súper agradecidísima y a los médicos y al personal. Gracias a Dios, que los puso en mi vida y me hizo fuerte y sobre todo gracias a esos dos varones (sus hijos), los amo. Perdí esto (un seno), pero gané unos hijos fuertes", explica.
En dos años más, ella espera tocar la campana de la victoria.
Blanca Delia Navarro Mendoza, paciente en el Hospital de GINE, se hizo una biopsia y recibió la noticia.
"Lo primero que te llega a la mente es la palabra muerte, realmente cuando no conoces el proceso, a mí me dio miedo", comenta.
Pasó por seis quimioterapias, le hicieron la reconstrucción de seno y le colocaron un implante.
"Quiero aclarar para todas las personas que a veces tienen la idea equivocada del IMSS: te atienden excelentemente bien", dice.
En tres años y medio, espera salir por fin victoriosa.
Efrén del Socorro Núñez Sánchez, de la Unidad Médica de Atención Ambulatoria 7, fue diagnosticada con cáncer grado 2.
"Ese mismo día que me dan esa noticia me realizan una biopsia”, refiere.
Se actuó rápido porque era necesario.
"Fui primero a las quimios, luego a la cirugía y luego me programaron para radiaciones", evoca.
Para todas las mujeres, lo más gratificante es el apoyo de los suyos.
"Mi esposo fallleció el año pasado y se hizo fuerte él también porque, a pesar de que estaba enfermo, eso lo hizo a un lado para ser soporte mío”, comenta.
Ella continúa en tratamiemto y espera en tres años tocar la campana y salir victoriosa, triunfante.
Y ahora, conozca a una sobreviviente: Ana María Rodríguez Hernández, paciente del Hospital de Zona 6.
"Yo me estaba bañando y me detecté algo raro, una bolita en el seno derecho", platica.
Era cáncer grado 2. Y le llegó un mensaje, ella dice que del cielo.
"Salgo del consultorio en llanto, llanto y llanto, y ahí recibo un abrazo de la enfermera que me decía: no pasa nada, la ciencia está ya muy avanzada, vas a salir adelante. Ese abrazo yo lo sentí como si fuera el abrazo de Dios, que me dijo: no estás sola, yo estoy contigo", menciona.
Hace dos años, los médicos la dieron de alta.
"Yo toqué la campana de victoria, me quitaron 18 ganglios linfáticos todos limpios, nada contaminados, ni mis órganos. Era cáncer detectado a tiempo", dice contenta.
Como Ana María, todas esperan tocar la campana de la victoria.
Y con la ayuda de la ciencia, de su familia, de los grupos de autoayuda y, sobre todo, con su actitud lo lograrán.
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