Sobre las banquetas que rodean la Alameda de Monterrey es común ver a vagabundos en estado de ebriedad pidiendo dinero.
En este lugar ingieren alcohol y discuten sin que ninguna autoridad los moleste.
Esta área se ubica en la manzana que forman las calles de Washington, Pino Suárez, Villagrán y Aramberri, en pleno Centro de Monterrey.
Las banquetas, sobre las cuales el municipio ha invertido miles de pesos para remodelarlas, son ocupadas por estas personas en estado inconveniente.
En completo estado de ebriedad intentan articular frases para justificar su adicción.
Sobre esa área, botellas de plástico con leyendas de bebida barata, adornan el paso de peatones.
En el interior y exterior de la Alameda, policías de Monterrey recorren los pasillos y pese a la seguridad, los vagabundos han colocado a este parque como una de las cantinas más grandes al aire libre.
Para ellos la Alameda se ha convertido en su zona de confort. Un lugar donde se siente seguros, a pesar de que en una esquina del parque está instalada una torre de vigilancia.