Las celebraciones decembrinas suelen estar asociadas con alegría, reuniones familiares y recuerdos compartidos. Sin embargo, para muchas personas, estas fechas también reavivan el dolor de una ausencia. La Navidad puede convertirse en un momento especialmente sensible cuando una silla permanece vacía, y el duelo se hace presente de forma más intensa.
Ante este panorama, el especialista en mindfulness y manejo del duelo, Javier Gutiérrez Ornelas, compartió una serie de reflexiones y herramientas emocionales para atravesar estos procesos de una manera más consciente, resiliente y humana, sin negar lo que se siente ni forzar estados emocionales artificiales.
Permitir sentir: la base para un duelo saludable
De acuerdo con el experto, uno de los errores más comunes al enfrentar una pérdida es intentar bloquear emociones como la tristeza, la frustración o incluso el enojo. Evitar el dolor emocional no lo elimina, sino que puede prolongarlo y volverlo más complejo con el paso del tiempo.

Recomienda observar cómo surge la emoción y acompañarla con atención plena, enfocándose en la respiración y en las sensaciones corporales, permitiendo que fluya sin juicio.
El papel de la familia y el acompañamiento consciente
Durante el duelo, las frases bien intencionadas como “no estés triste” pueden generar el efecto contrario. El especialista subraya que no se debe forzar a nadie a sentir algo distinto a lo que realmente experimenta, especialmente en el entorno familiar.
El acompañamiento silencioso, la presencia consciente y gestos simples como un abrazo pueden ser suficientes para que la persona en duelo se sienta sostenida emocionalmente. Estar disponibles, sin imponer caminos, fortalece los vínculos y respeta el proceso individual.

Conectar con el presente para evitar el aislamiento
Sentirse triste durante una cena navideña o al recordar años anteriores es completamente normal. No obstante, el riesgo aparece cuando la emoción conduce al aislamiento o a desconectarse del entorno. El mindfulness ayuda a anclarse al momento presente.

Actividades cotidianas como escuchar música, caminar, comer o convivir pueden convertirse en herramientas de regulación emocional si se realizan con plena conciencia, permitiendo recuperar estabilidad y funcionalidad sin negar la emoción.
Rituales, gratitud y sanación emocional
Otra práctica recomendada es crear pequeños rituales en honor a la persona que partió. Encender una vela, observar una fotografía o realizar una breve respiración consciente puede ayudar a procesar la despedida y resignificar el recuerdo.
Además, la gratitud consciente juega un papel clave en la sanación. Agradecer los momentos compartidos y reconocer a las personas que aún están presentes permite reconstruir vínculos desde un lugar más profundo y resiliente.
Finalmente, el especialista señala que cuando el dolor persiste de manera intensa después de un año o más, es importante buscar apoyo profesional. La práctica estructurada del mindfulness puede ayudar a soltar pensamientos anclados al pasado y recuperar el equilibrio emocional necesario para seguir adelante.