La infancia de Denisse, de 14 años, vecina de la colonia Independencia, ha estado marcada por un grave padecimiento que le causaban más de 200 crisis diarias de epilepsia.
Tenía una vida sana y normal, hasta que a los 5 años le detectaron un tipo de epilepsia agresiva, cuyas crisis causaron que se desvaneciera en múltiples ocasiones en cualquier espacio que ella se encontrara.
Contra viento y marea, doña Guadalupe, quien ha luchado por su hija, pudo llevarla a la Ciudad de México donde descubrió una luz de esperanza.
En el 2017 en el Hospital Siglo XXI del IMSS le fue implantado un estimulador del nervio vago que le redujo en un 80 por ciento sus convulsiones.
Pero la pila del estimulado ya se está agotando, y ahora las convulsiones se han vuelto de manera agresiva.
Para doña Guadalupe le es imposible reunir la cantidad de 600 mil pesos para comprar el aparato que requiere su hija y así no recaer, aunque con la venta de llaveros, que elabora en casa, es como busca juntar este dinero.