Con las lluvias pronosticadas para los meses de abril, mayo y junio, Nuevo León sí resolverá este 2023 sus necesidades inmediatas de agua, pues de ahí se liga la temporada de lluvias, pero estas definitivamente no garantizan una solución a largo plazo ante la escasez crónica de líquido que sufre el estado, afirman expertos.
Por ello, dicen, debe continuarse la política de crear urgentemente infraestructura para incrementar la disponibilidad de agua, pues no por estas aguas “temporales” deja de haber “crisis” en Nuevo León.
Estudiosos del fenómeno del agua dicen que no es conveniente dejarse llevar por “espejismos” de las lluvias que pasaron recientemente y las que vienen en el corto plazo.
Si bien los datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) indican que al finalizar el segundo trimestre del año habrán caído casi 100% más de las lluvias que se registraron en el mismo periodo del año pasado y 13% más que el promedio, esto puede ser un alivio temporal.
Por lo mismo, expertos piden no “echar las campanas al vuelo” porque, como publicó El Horizonte el pasado 13 de abril, Nuevo León lleva siete años con lluvias muy por debajo del promedio histórico, es decir, prácticamente de sequía.
Aunado a eso, la demanda no deja de crecer, pues se estima que para el 2032, en Nuevo León serán 10 millones de habitantes, que son casi 70% más que los 6 millones de nuevoleoneses actuales.
Por lo tanto, expertos como el hidrólogo, Alfredo González, llamaron a no detener ni relajar la política de auspiciar las obras que sí resuelven la problemática a largo plazo, como la infraestructura de presas, acueductos y perforación de pozos.
De acuerdo con la Conagua, en abril, mayo y junio del año pasado cayeron 102 milímetros (mm) de agua y para el mismo periodo de este año caerán 195.3 mm que son 91% más; además esta segunda cantidad es 13% superior a los 172.2 mm del promedio histórico.
FALTAN PRECIPITACIONES EN SITIOS CLAVE
El hidrólogo Alfredo González dijo que prueba de que el problema no está resuelto es que las lluvias de este año han caído en sitios como la cuenca del Río San Juan, pero no en la de San Fernando. Esto significa que sí se han beneficiado presas como El Cuchillo y La Boca, pero no así Cerro Prieto, que es una importante fuente de abastecimiento de la urbe regia.
“El problema no es que llueva un poco más de lo que llueva históricamente, sino que llueva donde debe de llover, en cierta medida es que llueva en la cuenca San Fernando, ahorita llovió en la cuenca de San Juan y la cuenca de San Juan, pues llena la presa de El Cuchillo y parte de La Boca y al llenarlas simple y sencillamente no hace que desaparezca la posibilidad de una crisis como pasó el año pasado”, indicó González.
Con información de elhorizonte.mx