Debido a la constante disminución en los niveles de agua de la presa La Boca, los embarcaderos y sus naves tienen que moverse al menos una vez a la semana hacía zonas más profundas.Así, mientras el resto de la población puede apreciar en las cifras oficiales la constante caída desde las últimas lluvias importantes, quienes viven del embalse se percatan de primera mano de los cambios.Al ser testigos diarios del comportamiento de la presa, el sentimiento generalizado entre quienes trabajan en las embarcaciones es el de la incertidumbre.“Desde que llovió a principios de septiembre del año pasado ya llevamos varios meses y la mera verdad sí nos estamos preocupando un poco porque va bajando muy rápido el nivel de la presa; siento que va bajando más rápido que el año pasado', dijo.“Para nosotros, los que movemos las embarcaciones, es levantar todas las anclas, correr todo, estamos poniendo tarimas para que los motores alcancen a agarrar agua para que no vayan a quedar encallados”, explicó Oscar Silva, empleado de un catamarán.Los movimientos se tienen que hacer con frecuencia, según explicaron, pues al menos cada siete días realizan todo el procedimiento. “Casi casi lo hacemos una vez a la semana, todos los lunes lo vamos moviendo poquito; estamos hablando de casi dos metros por semana lo que esta bajando, y en altura son casi 10 centímetros semanales a nivel de toda la presa”, detalló.Y no solo en la embarcación donde labora Silva perciben la disminución del agua, sino que empleados de otros catamaranes ejecutan la misma tarea de buscar puntos más hondos de la presa. “Desafortunadamente sí hemos visto cambios en el agua, lo notamos todos los días porque hemos tenido que mover el embarcadero nosotros entre cinco y siete metros adentro”, dijo Oscar, de la embarcación “El Capitán”.Con corte a este domingo 5 de febrero, la Presa La Boca registraba un 61 por ciento de llenado.