Acapara miradas con su vehículo europeo en Monterrey

Javier Goñi Mata conduce orgulloso su vehículo Chevy Monza de la marca Chevrolet en calles del área metropolitana de Monterrey.

Pero, no es cualquier vehículo, es un ejemplar europeo del año 1996, el cual sin duda acapara la mirada de otros automovilistas cuando lo ven manejando con el volante de su lado derecho.

El vehículo tiene una historia interesante desde su llegada a México, ya que según relató Javier, se trató de un error en el embarque.

El vehículo Monza inicialmente perteneció a su tía, quien esperó seis largos meses para recibirlo de una agencia de autos ubicada en la avenida Garza Sada en Monterrey. Finalmente, el auto llegó, pero había un pequeño detalle: el volante estaba del lado derecho, al mero estilo de Europa.

Y es que en ese entonces le explicaron que por un error el embarque de vehículos que venía para México, llegó a Brasil y el de Brasil llegó a México. Se tardarían otros seis meses para entregarle otro carro como se usan en México, así que terminó aceptando el vehículo.

Después de algún tiempo, el Monza pasó a manos del papá de Javier, quien le guardaba especial cariño debido a que le recordaba a su papá, qué era originario de España.

Por azares del destino, el padre de Javier se quedó sin empleo y pasó algunas dificultades para encontrar trabajo, por tal motivo el vehículo quedó al menos ocho años sin moverse afuera de su casa.

Javier recuerda que le insistió en muchas ocasiones a su papá que le vendiera el carro, pero este se negaba hasta que finalmente accedió.

El vehículo tiene su pintura original y cuenta con la mayoría de sus piezas originales, excepto una que tuvo que pedir por Internet desde Alemania y le costó alrededor de nueve mil pesos, lo cual señala no fue nada fácil.

Lamentablemente, en una ocasión intentaron robárselo, pero no lo lograron, aunque sí dañaron una de las puertas.

Javier relata que aunque no está a la venta, varias personas han intentado comprárselo, como un señor que le llama cada año, preguntándole si ya está dispuesto a venderlo y aunque lo ve tentador, es más el significado emocional que el vehículo tiene para él y su familia.

Comentó que un vehículo parecido al suyo, pero que estaba modificado, fue vendido en 250 mil pesos. Y actualmente, sabe de la existencia de otros dos vehículos Monza europeos en el área de Solidaridad, aunque estos son automáticos.

Además de las miradas que acapara de otros automovilistas, Javier no se salva de los elementos de tránsito, quienes lo han detenido pensando que su esposa está utilizando el celular mientras conduce, pero les indica que es la copiloto y él está conduciendo, dejando sorprendidos a los oficiales, quienes después del malentendido, le piden tomarse fotos.

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