Crea rescate de Obama profundas divisiones entre economistas de EU

Los paquetes de estímulo que el presidente Barack Obama ha impulsado para aliviar la recesión de Estados Unidos han creado una profunda división entre los economistas de este país

Un grupo lo apoya sin restricciones y señala que el gasto propuesto por el gobierno es adecuado, mientras otro grupo lo critica duramente y señala que el camino adoptado no mejorará la economía del país. Los analistas que aprueban las medidas implementadas por Obama señalan que el gasto en obra pública y el apoyo a varias industrias con recursos de los contribuyentes representan la única manera de alentar el consumo. Mientras que los que han criticado estas iniciativas argumentan que el gasto del gobierno sólo ahondará la estancada economía del país y se pronuncian en cambio por realizar fuertes recortes de impuestos a las empresas y limitar al mínimo la inversión pública. "El problema con los recortes de impuestos es que sólo ayudan a la clase media y a la clase alta, y dejas sin apoyo a los millones de desempleados que se registran en el país", opinó Helios Herrera, economista de la Universidad de Columbia, en entrevista con Notimex. Para el académico, el propósito de crear infraestructura es dar empleo, lo que en el mediano plazo creará un ingreso suficiente para un mayor número de individuos, que comenzarán a consumir y a estimular a las empresas. "Si recortas impuestos a la empresas, éstas podrán producir a menores costos, pero con una situación económica como la actual de todas maneras mucha gente no podría adquirir esos bienes", explicó Herrera, uno de los economistas que apoya los planes de Obama. Señaló que las teorías del economista británico Maynard Keynes, sobre las que en buena medida se basa la estrategia de Obama, eran aún más extremas, pues proponían dar empleo en tareas que no conllevan ningún beneficio en sí mismas. "Keynes decía que habría que emplear a la gente incluso para cavar hoyos y luego rellenarlos, simplemente por el efecto multiplicador que sus salarios tendrían sobre la economía", indicó Herrera. Por su parte, economistas identificados ideológicamente con las teorías de derecha, coinciden en que un mayor gasto gubernamental no ha probado ser efectivo para sacar a los países de las crisis. "El gasto gubernamental no es la solución para nuestros problemas económicos, sino que es parte del problema", dijo Tad DeHaven, experto en presupuesto del Instituto Cato, organismo sin filiaciones partidistas. En entrevista con Notimex, el analista explicó que si el gasto público aliviara las finanzas públicas, Estados Unidos no experimentaría la segunda crisis económica en este siglo, ya que la inversión pública durante esta década ha llegado a niveles récord. La otra crisis económica a la que DeHaven hizo referencia fue la generada en 2001, por el estallido de la llamada "economía punto.com", basada en el auge de empresas radicadas en internet. "Menores tasas de impuestos, combinadas con profundos recortes en el gasto gubernamental ayudarían a impulsar el crecimiento económico, lo que debería ser la meta de los políticos en el gobierno", opinó el analista. En cambio, añadió el experto, el costo del enorme gasto público realizado ahora será trasladado al futuro. "Las futuras generaciones de contribuyentes enfrentarán una disminución en sus perspectivas económicas debido al enorme déficit y al probable incremento de impuestos que sufrirán", enfatizó DeHaven. El jueves pasado, Obama presentó un proyecto de presupuestos del próximo ejercicio fiscal de unos tres billones de dólares para ayudar a economía, rescatar al sistema financiero y a la industria automotriz y para ayudar a los deudores hipotecarios.


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