Promueve Centro de Artes de Veracruz danzas ancestrales totonacas

Un colorido espectáculo cargado de espiritualidad, danza y música se lleva a cabo en la ciudad de Nueva York, en el estreno mundial de una obra multimedia que mezcla la música contemporánea en vivo y la danza ancestral indígena totonoca

La producción Migraciones Vocales, de los danzantes totonacas que han sido elegidos por su versatilidad por el Centro de las Artes Indígenas de Veracruz, y que se fusiona con reconocidos intérpretes de música contemporánea, de Nueva York, es llevada a los escenarios de la Gran Manzana."Esta obra se ha generado de la escuela de niños voladores, como reivindicación de tantos años de olvido", dijo Tereke Ortiz, director de la puesta en escena, por primera vez en Estados Unidos.Para Ortiz, el tema central del proyecto es el movimiento perpetuo tan presente en las artes escénicas totonacas, mostrando con ello la relación que existe entre el artista, las representaciones contemporáneas y las tradicionales; al igual que la naturaleza migratoria de todas las cosas.Los danzantes provienen de la región de Totanacapan, con una población de 400 mil personas que residen en Veracruz y Puebla y que tienen su propias costumbres y lenguaje."Es el arte que nos enseñaron nuestros antepasados y abuelos como herencia para rendir culto al Sol y a la fertilidad y es importante que nuestros niños continúen con la tradición", dijo el curandero Cruz Ramírez, volador desde hace 25 años.La obra se inicia con un ritual frente a un altar compuesto por lo que representa la espiritualidad de los totonocas, es decir a lo que como comunidad rinden homenaje, a las piedras, máscaras, árboles, frutos, flores junto a la Virgen de Guadalupe.El grupo interpreta cantos en totonoco y el espectáculo tiene la danza de Guaguas, de los Negritos y de los Voladores, la parte inicial que se hace en piso. En la original, los danzantes suben hasta 30 metros y desde los cuatro puntos cardinales realizan los rituales de abundancia y adoración al Sol."Es importante que nos enseñen estas tradiciones, y nuestra cultura de la que estuvieron orgullosos nuestros abuelos", dijo Fernando García, de 19 años, uno de los 70 alumnos de la escuela de voladores de Veracruz.Alejandra Villaseñor, quien participó como público, señaló que el espectáculo le gustó, debido a la mezcla entre la música y el baile indígena."Aunque conocía los totonocas, es emocionante verlos aquí en Nueva York", dijo Villaseñor, de Guadalajara, y quien reside en Nueva York desde hace doce años.Las danzas totonacas son mundialmente reconocidas por realizarse sobre máquinas de madera construídas con ingeniería antiquísima, donde los danzantes totonacos realizan giros de 180 grados y en ocasiones vuelos, a manera de un rapel giratorio, desde alturas de hasta 30 metros.Este espectáculo es el resultado de la colaboración especial entre y el Teatro La MaMa, E.T.C. de Nueva York, y artistas totonacas, del Centro de las Artes Indígenas de Tajín y cuenta con el apoyo del gobierno del Estado de Veracruz."La misión es desarrollar las condiciones para que se mantenga y valore la cultura y se reconozca a nivel mundial", afirmó Salomón Bazbaz, director general de Cumbre Tajín, Festival de Identidad, que se lleva a cabo del 18 al 22 de marzo.Salomón explicó que el festival se realiza durante el equinoccio de primavera en la ciudad sagrada de El Tajín, y que da a conocer los atractivos culturales de Veracruz y la riqueza de las tradiciones milenarias del pueblo totonoca como antitrión.La propuesta que tiene La Casa de la Danza y de la Música del Centro de las Artes Indígenas como escuela es consolidar la formación de "danzantes completos"."Ya no siento la misma energía de antes como volador y ahora me siento muy bien de enseñar a las nuevas generaciones las danzas ancestrales y sólo espero que los niños se acuerden de mi", concluyó Ramírez.


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