Niega Calderón intención de ocultar información anticrimen

En la segunda sesión de Diálogo por la Seguridad que encabeza el Ejecutivo federal con académicos e intelectuales del país, detalló errores y problemas que las autoridades han debido enfrentar y reconoció que ha habido una deficiencia "para explicar qué estamos haciendo, por qué lo estamos haciendo, qué estamos viendo alrededor"."No tenemos tampoco el control de la información estatal, desgraciadamente. Hemos hecho un esfuerzo, por ejemplo, para llevar actualizada la cifra de secuestros y la variabilidad de la información de las autoridades es asombrosa estatalmente. Ojalá pudiéramos tener lo que ustedes llaman dientes, o herramientas informativas", expresó.Calderón respondió así a los señalamientos de académicos y expertos respecto a la carencia de información sobre operativos de seguridad en diversas entidades, quienes además criticaron la forma, según dijeron, precipitada con la que se inició la lucha contra el crimen organizado a principios del sexenio.El académico Eduardo Guerrero opinó que antes de iniciar esta batalla, debió haberse tomado en cuenta que en el momento en que se afectara a los cárteles de la droga habría reacciones, pero no se midieron ni las capacidades reales de los criminales, ni las limitaciones de las instituciones del Estado.Ante ello, Calderón Hinojosa expuso que a principios de diciembre de 2006 el primer Operativo Conjunto que se puso en marcha fue en Michoacán, en donde se respondió a una petición del gobernador del estado, que con un año de anticipación había solicitado esas acciones.Argumentó que cuando la sociedad está siendo afectada por la extorsión y el secuestro, no hay tiempo de sentarse a pensar, ni de analizar las consecuencias, sino que debe actuarse de inmediato para frenar la comisión de los delitos.El Ejecutivo federal aprovechó la presencia de los académicos e intelectuales para insistir en la redefinición de lo que en un principio fue "guerra contra el narcotráfico".Aclaró que se trata de una frase acuñada en los Estados Unidos, que se retomó por las condiciones en que se desarrollaba el tráfico de estupefacientes en el país, donde sólo se controlaban las rutas, carreteras, los cruces fronterizos y los vehículos en que se transportaba la droga.Hoy, añadió, ante el aumento del ingreso per cápita de los mexicanos, el mercado de las drogas pasó de ser un negocio de tráfico a uno de detalle al menudeo, que hacía necesario el control territorial en ciudades con un perfil muy alto de percepción para marcar los territorios de cada grupo, que se expresan a través de la violencia.Por ello, sostuvo Calderón, "no estoy obsesionado contra las drogas, estas son una parte de la lucha contra el crimen organizado", porque estos cárteles abarcan casi todas las esferas de la economía, tanto las formales, como las informales y las ilícitas, a través de las extorsiones y el cobro de uso de suelo.En su percepción, la violencia no tiene presencia generalizada en el país, sino en los estados donde confluye la incidencia de los diferentes grupos, pues informó que prácticamente la mitad de los estados del país están por debajo de la media nacional en la comisión de homicidios dolosos.La violencia, observó el mandatario, se concentra en zonas de confrontación entre cárteles: en Chihuahua, Sinaloa y Durango tiene presencia el cártel de Juárez, el del Pacífico; en Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila los cárteles del Golfo y de los Zetas.En específico en Michoacán tiene presencia La Familia y los Zetas; en Guerrero y Morelos, Beltrán Leyva, es decir, pelean Héctor Beltrán contra "la Barbie", y lo que quedó de los Beltrán que están disputando el territorio, planteó el presidente Felipe Calderón.Los participantes en este diálogo habían sugerido al gobierno federal detectar los verdaderos grupos violentos y enfocar los esfuerzos en contra de ellos, tomar en cuenta los movimientos que su debilitamiento pudiera generar y, por ello aclaró el mandatario que "el juego de billar se gana cuando todas las bolas han entrado a la buchaca".

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