Las mujeres 'llevamos las de perder”

La escritora Liliana Blum presenta 'Todas hemos perdido algo”, una recopilación de sus historias cortas de mujeres, marcadas por la pérdida, el abandono, la construcción social, los sueños rotos y la herencia del pasado
La pérdida es una constante en la vida de las mujeres. Así lo considera la escritora Liliana Blum (Durango, 1974), quien reflexiona sobre esto a través de varios de sus relatos reunidos en una antología personal que recién acaba de publicar.Se trata de “Todas hemos perdido algo” (Tusquets, 2020), que reúne los cuentos contenidos en “No me pases de largo” (2013) y “El libro perdido de Heinrich Böll” (2008), así como la novela corta “Residuos de espanto” (2008). Son relatos que en su momento se habían publicado como ediciones independientes o de gobierno, por lo que eran difíciles de conseguir.Las mujeres que los protagonizan, además de afrontar la pérdida, lidian con otros aspectos como el abandono, la construcción social, los sueños rotos y la herencia del pasado.Liliana Blum es una escritora que en sus obras explora los recovecos de la naturaleza humana. Desde ver la crueldad a los ojos en “Residuos de espanto” (2014), la filia y perversión en “Pandora” (2015) hasta la doble cara que muestra el personaje principal de “El monstruo pentápodo” (2017), sin dejar de lado sus cuentos e historias cortas. te puede interesarConfirman suspensión provisional del Tren Maya en YucatánEl lanzamiento de “Todas hemos perdido algo” coincide con la fuerza que ha tomado el movimiento feminista en México, y que se manifiesta contra las diversas desventajas y las violencias hacia ellas. “La pérdida es una constante en la vida de las mujeres y es algo con lo que aprenden a vivir desde muy pequeñas. (…) Sí es una desventaja el ser mujer, lamentablemente, porque en la mayoría de los casos llevamos las de perder”, reflexiona la ganadora del Premio Nacional de Cuento Mérida Beatriz Espejo 2005.En el año en que Blum nació se publicó el libro "El honor perdido de Katharina Blum”, del alemán Heinrich Böll. En la obra una mujer pasa la noche con un hombre que acaba de conocer en una fiesta. A la mañana siguiente descubre que éste es sospechoso de diversos delitos. Más adelante será acusada de ser su cómplice, y con ello su reputación será destrozada, algo que va de la mano con su condición de mujer.Hoy, inspirada por ese tipo de historias, la escritora reflexiona ante su compendio de relatos que intentan explorar las pérdidas a las que el género femenino se enfrenta cotidianamente y que en muchas ocasiones no se vuelven a recuperar. te puede interesarEN VIVO: Estación Espacial Internacional pasa sobre Veracruz“Las mujeres perdemos un montón de cosas todos los días, no que los hombres no, pero creo que sí el mundo es muy desventajoso para las mujeres, aún con todos los avances que ha habido”, subraya.Sin embargo, esto no quiere decir que la lectura del libro va dirigida únicamente al género femenino, pues a la autora le gustaría que hombres y mujeres leyeran “Todas hemos perdido algo” por igual. Si bien, se busca construir masculinidades más sensibles y solidarias, ella no cree que los libros tengan el poder de cambiar el mundo.“En el mejor de los casos, a veces, pueden poner a una persona a cuestionar o a reflexionar algo, pero creo que para empezar esa persona si lo hace ya tenía una buena disposición previamente. “Por supuesto que para las personas que están en esa línea de pensamiento tendría mucho sentido y quizá los pusiera a reflexionar un poco más, pero yo creo que la esperanza de que hombres, los que son tan terribles, los que matan, los que golpean, los que justifican todo esto, yo no creo que se pueda hacer mucho por ellos”, reflexiona la también autora de “Vidas de catálogo” (2007). te puede interesarAsí secuestraron a un hombre en restaurante de Zapopan y que desató una balaceraCuando se escribe desde la perspectiva femenina, existe la idea de que la obra está dirigida únicamente a las mujeres. Sin embargo, muestra su rechazo a este tipo de etiquetas.“Todos entramos a la literatura a mitades, o sea, la mitad la pone el autor y la otra mitad la pone el lector, y desde esa otra mitad un libro puede ser una cosa o lo opuesto”, concluye Blum.
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