Un hombre, presuntamente bajo los influjos de las drogas, prendió fuego a la vivienda de sus padres porque "fantasmas" y otros "espíritus", lo estaban molestando.
El hombre, identificado como Majin de Jesús, de 30 años y originario de Chiapas, le prendió fuego a la casa en donde vivían sus padres y una pareja de inquilinos en la calle Ixtepec y Privada del Sol, de la colonia Azteca, en Tijuana, Baja California.
El hombre intentó darse a la fuga, pero fue señalado por los vecinos como el autor del incendio.
Luego de varios minutos de intensa persecución a pie, los policías lograron acorralar a sospechoso cerca de una sucursal bancaria que se ubica en el bulevar Insurgentes, desde donde fue trasladado ante el Ministerio Público.
Majin de Jesús se encontraba bajo los influjos de la metanfetamina y declaró ante el Ministerio Público que tuvo alucinaciones de fantasmas y otros espíritus que lo estaban molestando en el lugar.
Cuerpos de auxilio se movilizaron hasta el lugar del incendio en donde encontraron a una mujer de 65 años de edad, madre de Majin y a un hombre de 33 años con quemaduras en todo su cuerpo, ambos fueron trasladados de emergencia a un hospital de la localidad.
Elementos del Cuerpo de Bomberos lograron sofocar las llamas y encontraron el cuerpo de un hombre de 65 años carbonizado, padre de Majin, junto con el de una mujer de 45 años de edad.
Majin tiene antecedentes relacionados con el narcomenudeo y el consumo de drogas.
Consecuencias del uso de la metanfetamina
El uso de metanfetaminas, lleva a un proceso de destrucción de la salud y ocasiona disminución del apetito, náuseas, falta de sueño, fiebre y alteración cardíaca, entre otros padecimientos.
Esto debido a que esta sustancia tóxica, se elabora con base a pastillas comunes y anfetaminas, mezcladas con químicos altamente dañinos y corrosivos como el ácido para baterías, ácido muriático, limpiador de desagües, combustible para linternas, anticongelante, veneno para ratas y acetona.
Luego de varios días, quien la consume empieza a sentir ataques de pánico, alucinaciones, convulsiones, se torna agresivo, y puede morir por sobredosis.
Quien sobrevive la primera etapa, sufre consecuencias más graves, ya que el cerebro se hace más pequeño, lo que conlleva a la falta de memoria, problemas en los riñones, pulmones y en el hígado, incrementándose la posibilidad de un infarto o derrame cerebral.