Fortalecerá visita de Obama la imagen de México, considera experta

México es el primer país de América Latina que visitará oficialmente el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y tiene un impacto psicológico para fortalecer la imagen del país, opinó la especialista Patricia Escamilla

De acuerdo con la investigadora del Colegio de la Frontera Norte, esa deferencia cambia la percepción de los últimos dos meses hacia México de que estaba al borde del caos y fuera de control debido al narcotráfico, el crimen organizado y la inseguridad."Es importante para México que mejore esa imagen en términos de turismo, finanzas y economía porque nos puede impactar, habría menos inversiones y para el gobierno de Felipe Calderón eso es crucial: dar confianza a los inversionistas", señaló.La académica del Departamento de Estudios de Administración Pública y especialista en la relación México-Estados Unidos, Seguridad Fronteriza y Migración, destacó que el encuentro entre ambos mandatarios en suelo mexicano es muy significativo, pues se da en medio de la mayor crisis económica mundial de los últimos 70 años.Asimismo visita primero México para tratar temas de América Latina y El Caribe, en el marco de la V Cumbre de la Organización de los Estados Americanos (OEA), a efectuarse del 17 al 19 de abril en Trinidad y Tobago, y en la que participarán 34 jefes de Estado y de Gobierno.Escamilla Marquez, quien ha efectuado investigaciones en universidades de la Unión Americana, consideró que la visita de Obama es importante para enfatizar la idea de que México no es un país fracasado, sino que tiene instituciones sólidas.A su parecer, el mensaje es que México es una nación que tiene problemas de todo tipo, pero que no está al borde del precipicio y en ese sentido la visita de Obama da un espaldarazo al país.El viaje del mandatario estadunidense representa también un respiro para México, sobre todo por la campaña de desprestigio que afectó su imagen, y un factor importante es que el propio gobierno estadunidense reconfirmó la confianza que tiene en la administración que encabeza Felipe Calderón.Sin embargo, advirtió que el arribo de Obama no debe despertar altas expectativas, pues no trae consigo un acuerdo migratorio, en tanto que en lo relacionado con la seguridad reafirmaría las medidas ya anunciadas.Lo que ha cambiado de la Unión Americana es la aceptación de corresponsabilidad y eso ha dado pie a ampliar los temas de la agenda bilateral de seguridad, pues ahora reconoce que el tráfico ilegal de armas y de "lavado" de dinero viene de su territorio, indicó."No es un cambio de estrategia, excepto por el hecho de que ahora Estados Unidos acepta más responsabilidad; se incrementó la lista de temas, antes era el narcotráfico, ahora están el tráfico de armas y el lavado de dinero que son cuestiones que vienen de norte a sur", dijo.La visita se enmarca en la lista de naciones en las que de alguna manera se requería una reconciliación o enfatizar la buena relación, como es el caso de Turquía e Irak, por lo que México es uno de los primeros países importantes en la relación con Estados Unidos, estimó."Ahora México es un país crucial para Estados Unidos, el presidente Obama reconoce que se está enfatizando la naturaleza mutua, en muchos intereses y en muchos problemas", resaltó la doctora en Ciencias Políticas.Afirmó que el presidente Obama viene con el mensaje que ya ha enviado mediante otros altos funcionarios de su gobierno y simboliza esa buena relación que se pretende con México.Según la investigadora, el presidente Obama tiene las manos atadas, políticamente hablando, en cuanto a qué tanto puede hacer por un cambio de leyes sobre migración."La reforma migratoria es un tema que en Estados Unidos se considera y se trata como algo doméstico, por lo que obedece mucho al clima político y sobre todo al económico", enfatizó."Ahora sería muy difícil justificar una reforma migratoria que incluyera una legalización de inmigrantes indocumentados y más visas para trabajar, que es lo que México pretende", añadió Patricia Escamilla.Lo que sería optimista es pensar en la posibilidad de lograr medidas más pequeñas sobre migración, como suspender las redadas de trabajadores y una reforma en cuanto a la regularización de los estudiantes que fueron llevados por sus padres a la Unión Americana cuando eran niños, estimó."Se trata de medidas más pequeñas, no sería la enchilada completa como lo dijo el ex canciller mexicano Jorge Castañeda, sino serían pedacitos que a lo mejor se pueden lograr", indicó.Sobre seguridad, opinó que México reforzará la idea de que Estados Unidos es corresponsable y debe hacer más contra el narcotráfico y el crimen organizado, auque es una limitante del gobierno de Obama es la normatividad que permite el comercio de armas.La investigadora del Colegio de la Frontera Norte (Colef) refirió que en la Unión Americana no está prohibido comercializar con armas de alto poder y hay mucha presión en ese país para que no se regule más su uso, punto en el que México insiste que se legisle."Estados Unidos está ofreciendo hacer más en cuanto a investigación en la frontera, monitoreo y rastreo de armas, pero no está tocando la prohibición del uso y comercio de ciertos artefactos y eso podría ser uno de los temas de discusión", detalló.Otros temas que se espera sean tratados son la Iniciativa Mérida y el paquete de ayuda económica, que el Congreso de Estados Unidos decidió que fuera menor del que se entregaría a México para comprar equipo y otras formas de asistencia.Probablemente se aborde lo referente al programa que permitía un paso limitado de camiones mexicanos a Estados Unidos, a pesar de que en 1994 deberían haber entrado las unidades mexicanas en el marco del Tratado de Liber Comercio de América del Norte (TLCAN), consideró.El problema desde entonces es que existe oposición de los sindicatos estadunidenses y no se ha logrado un trato equitativo en ese rubro, por lo que México impuso aranceles para presionar a la Unión Americana pero nada se ha logrado, recordó.Según la investigadora, la relación entre México y Estados Unidos es en cierto punto "como de una familia", como lo declaró la secretaria de Estado, Hillary Clinton."Pienso que dentro de la administración del presidente Obama sí hay buena voluntad hacia México, se han tomado posturas conscientes que difieren de otras administraciones", sostuvo la integrante del Departamento de Estudios de Administración Pública del Colef.Sin embargo, las decisiones y las políticas en Estados Unidos no se toman sólo por el Poder Ejecutivo, y todavía en el Congreso existen grupos que no ven a México con ojos tan favorables, concluyó Patricia Escamilla Márquez.


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