Cumple 79 años la primera película sonora en México

Hace 79 años se estrenó la película `Santa`, que dirigida por Antonio Moreno y basada en la novela de Federico Gamboa, se convirtió en el primer filme sonoro, que además mostraba otra faceta de los mexicanos

La cinta que se exhibió en marzo de 1931 utilizó el primer sincronizador de sonido realizado con el ingenio mexicano, mismo que catalogó dicha novedad como algo comparable con una prueba nuclear en un pueblito de crepúsculos arrebolados, según el crítico Saúl Rodríguez.El también miembro de la International Film and Arts Association afirma que este filme podría ser definido como el Citizen Kane mexicano, ya que se atrevió a abordar el tema de una mujer enamorada de un militar, que se vuelve prostituta por decepción amorosa.Además, asegura que "Santa" es un ejemplo de la osadía de los realizadores y productores mexicanos, quienes a riesgo de ser censurados, llevaron el proyecto hasta sus últimas consecuencias.Con esto, según Saúl, el hecho de pasar de imágenes mudas al sonido y a una ruptura de reglas de decencia en la época, fue como ver películas de Walt Disney y repentinamente a mirar una cinta de David Lynch.Asimismo, piensa que fue una verdadera proeza del ingenio mexicano crear sus propias versiones de tecnología sonora, la cual ya había comenzado a utilizarse desde hacía cuatro años en Estados Unidos.Pero en México, asevera, esta proeza fue gracias a los hermanos Roberto y Joselito Rodríguez, quienes lograron que el primer sincronizador portátil de sonido, registrado bajo el nombre de Rodríguez Sound Recording System, fuera conocido en una grabación.Con esta nueva iniciativa, comenta, la cinta protagonizada por Lupita Tovar representaba un proyecto riesgoso, por lo que los encargados de la recién fundada Compañía Nacional Productora de Películas, decidieron hacer de todo para crear una industria.La cual lograron con la ayuda de Antonio Moreno, quien en Hollywood contribuyó con la importación de todo un staff técnico norteamericano, especializado en la grabación de sonido directo.Se cuenta, explica, que la filmación se convirtió en una verdadera trinchera de imprevistos, comenzando por los técnicos mexicanos, quienes al no estar acostumbrados al cine sonoro, hablaban en voz alta en medio de las secuencias.Además, de que los materiales con los que estaban confeccionados los atuendos de los actores, y los adornos causaban mucho ruido en los micrófonos.Aunado a esto, expresa que nadie había reparado en el sonido o la sincronización con la pizarra y otros aspectos de la grabación que hoy son comunes.El año 1931, finaliza, fue un año importante para el cine mexicano y la identidad cinematográfica. Esta cinta es indispensable para la formación cultural de los jóvenes.


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