Viajes espaciales afectan corazón similar al envejecimiento
Un innovador estudio liderado por la Universidad Johns Hopkins ha utilizado por primera vez un modelo de corazón en 3D para investigar los efectos de la ingravidez sobre la salud cardíaca humana. Empleando un sistema conocido como "Heart on a chip", los científicos crearon cardiomiocitos a partir de células madre pluripotentes, que imitan el comportamiento del músculo cardíaco. Este modelo fue analizado durante 30 días en la Estación Espacial Internacional (ISS) y durante los nueve días de recuperación en la Tierra.
Los resultados revelaron que el vuelo espacial provocó una disminución significativa en la fuerza de contracción del corazón, además de un aumento en la arritmia y en los indicadores de disfunción mitocondrial y del sarcómero. Comparando estos hallazgos con un grupo de control en la Tierra, se observó que la pérdida de fuerza contráctil persistía incluso tras el regreso a la gravedad, sugiriendo efectos comparables al envejecimiento en la salud cardiovascular.
Desde los años 60, más de 550 humanos han volado al espacio, principalmente a la ISS, donde se han realizado misiones cada vez más prolongadas. Con el creciente interés en los viajes a Marte, entender cómo el entorno espacial impacta el cuerpo humano se vuelve crucial. Los estudios previos indican que los astronautas experimentan un desgaste cardíaco considerable y mayores riesgos de enfermedades cardiovasculares.
El análisis transcriptómico del estudio identificó un aumento de genes asociados con trastornos metabólicos y una disminución de aquellos vinculados a la contractilidad. Las simulaciones sugieren que el estrés oxidativo y la disfunción mitocondrial son factores clave en los efectos adversos observados. Estos hallazgos, publicados en la revista PNAS, abren un nuevo campo de estudio sobre la salud cardíaca en el contexto de los vuelos espaciales prolongados.
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