El líder norcoreano Kim Jong-un concluyó una visita de seis días a Rusia, la cual suscitó preocupaciones a nivel global en torno a acuerdos de transferencia de armas entre dos naciones enfrascadas en disputas separadas con Occidente.
La partida de Kim se llevó a cabo en la estación ferroviaria de Artyom, ubicada en el Lejano Oriente ruso, aproximadamente a 200 kilómetros de la frontera con Corea del Norte. El tren blindado de Kim partió al compás de la marcha patriótica rusa "El adiós de Slavianka". Funcionarios de alto rango, como el ministro ruso de Recursos Naturales, Alexander Kozlov, y el gobernador regional de Primorye, Oleg Kozhemyako, estuvieron presentes en la ceremonia, en la que una banda militar rusa interpretó los himnos nacionales de Rusia y Corea del Norte.
Kim Jong-un llegó a Rusia la semana pasada en su primer viaje al extranjero en más de cuatro años. Durante su estadía, se reunió con el presidente ruso, Vladímir Putin, y visitó instalaciones militares y tecnológicas clave.
La jornada de despedida fue más relajada, incluyendo una visita a una universidad y un espectáculo de animales en un acuario ruso.
La incertidumbre internacional persiste respecto a si Kim Jong-un suministrará armas a Rusia para apoyar su conflicto en Ucrania. Durante su visita, Kim adquirió souvenirs, incluyendo un rifle y seis drones de fábricas de guerra en la región de Primorie, en el Lejano Oriente ruso. Según los medios de Pyongyang, Kim y el ministro de Defensa ruso, Serghei Shoigu, discutieron el fortalecimiento de las fuerzas armadas y la seguridad.
El viaje de Kim resalta cómo sus intereses se alinean en medio de diversas disputas con Occidente. Funcionarios estadounidenses y surcoreanos han expresado la posibilidad de que Corea del Norte proporcione municiones necesarias para la guerra en Ucrania a cambio de tecnología armamentística sofisticada de Rusia, lo que podría impulsar las ambiciones nucleares de Kim.
Kim también visitó instalaciones militares y tecnológicas, lo que podría indicar sus objetivos específicos al buscar la cooperación de Rusia, posiblemente para reforzar las reservas militares de Putin en medio de la prolongada guerra en Ucrania. La reunión con Putin se llevó a cabo en el principal puerto espacial ruso, indicando su interés en obtener apoyo ruso para su programa espacial y tecnología de misiles.
Expertos han señalado la posibilidad de una cooperación militar entre ambos países, que podría incluir esfuerzos para modernizar la envejecida fuerza aérea norcoreana, que aún depende de aviones suministrados por la Unión Soviética en la década de 1980.