Rusia lucha para impedir que incendios forestales alcancen centros nucleares

Moscú respiraba un poco mejor este martes gracias a la disipación parcial del humo, pero Rusia seguía librando una batalla encarnizada para impedir que los incendios forestales que desde hace dos semanas devastan el país alcancen dos centros nucleares

El primer ministro ruso, Vladimir Putin, fiel a su imagen de hombre de acción, fue filmado en el asiento del copiloto en un bombardero de agua, apagando dos incendios cerca de Riazan (200 km al sureste de Moscú).Luego de algunas "instrucciones relámpago", Putin "dirigió tanto la toma de agua como el vertido sobre los bosques en llamas", se extasió la agencia Ria Novosti.Dos miembros de las fuerzas armadas rusas murieron el lunes mientras luchaban contra el fuego que amenazaba el mayor centro de investigación nuclear en Sarov, en la región central de Nizhni Novgorod, donde se construyó la primera bomba nuclear soviética.Entre tanto, unos funcionarios dijeron que se había declarado un foco de incendio cerca del pueblo de Snezhinsk, en los Urales, donde se encuentra uno de los principales centros de investigación nuclear.Luego de casi dos semanas de incendios forestales que se cobraron 54 vidas y destruyeron dos bases militares cerca de Moscú, las autoridades afirmaron progresar en la batalla contra el fuego, que se seguía extendiendo sobre una superficie de 175,000 hectáreas del territorio ruso."Se puede observar una dinámica positiva en la extinción de los incendios", dijo el jefe de la unidad de crisis del ministerio de Situaciones de Emergencia, Vladimir Stepanov.La humareda de los incendios de la vegetación de zonas cenagosas que volvieron irrespirable la atmósfera en Moscú parecía disiparse un poco el martes, pero las autoridades advirtieron que podía haber otras y que la calidad del aire seguía siendo peligrosa.La concentración de monóxido de carbono en Moscú era 1.4 veces superior este martes al máximo previsto por las normas de seguridad, según fuentes oficiales, cifra que llegó a multiplicarse por 6.6 el sábado (y 2.2 el lunes).El alcalde de la capital, Yuri Luzhkov, que volvió a regañadientes de unas cuestionadas vacaciones, dijo que los llamados de auxilio habían aumentado en un 20% en junio, tras reunirse con el primer ministro, Vladimir Putin.Luzhkov se negaba inicialmente a cortar sus vacaciones pues negaba que hubiera una verdadera crisis en la ciudad."Usted hizo lo correcto al volver de sus vacaciones. Lo hizo a tiempo", le dijo Putin.Las autoridades rechazaron las críticas por su falta de preparación para enfrentar la ola de calor, que los meteorólogos han calificado como la peor en mil años de historia rusa."Si nos hubiéramos preparado 10 años antes no podríamos haber hecho nada", dijo el presidente Dimitri Medvedev el lunes, durante una visita a las regiones afectadas.Algunos analistas establecieron un primer balance económico de la catástrofe, y señalaron que los incendios costarán a Rusia al menos 15.000 millones de dólares, es decir, 1% del PIB, cuando el país apenas estaba reponiéndose de la crisis.Otra consecuencia de los incendios es que la popularidad de Medvedev y de Putin cayó en julio a sus niveles más bajos desde 2008. Según un sondeo realizado por el instituto FOM los días 31 de julio y 1 de agosto, el 52% de las personas interrogadas declaró confiar en Medvedev, y 61% en Putin. Estas cifras eran de 62% y 69% respectivamente en enero de 2010.Según el instituto Vtsiom, el nivel de popularidad de Medvedev pasó de 44% en enero de 2010 a 39% en julio, y la de Putin, de 53% a 47%.


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