Mujer pierde pierna después de contraer gripe

A pesar de padecer síntomas como dolor de cabeza y dolor de garganta, inicialmente nunca imaginó la gravedad de su enfermedad.

Una mujer identificada como Allison Miller de 33 años de edad, residente de Wisconsin, Estados Unidos, se enfrentó a una experiencia que alteró su vida después de contagiarse de gripe.

Desde el principio, se sintió más fatigada de lo común, pero no buscó atención médica de inmediato. 

Aunque padecía dolor de cabeza y garganta, pensó que al pasar un par de días en cama se recuperaría en poco tiempo.

Fue solo cuando sus síntomas empeoraron que decidió acudir a la sala de urgencias, donde los médicos le recetaron un tratamiento para afecciones respiratorias y medicación para la tos.

"Tenía algo de congestión, pero por lo demás, me sentía bien. Me enviaron a casa y me dijeron que si mi situación empeoraba, volviera al hospital".

Allison Miller.

Sin embargo, durante la noche, Allison experimentó un dolor de espalda tan agudo que sufrió desmayos en repetidas ocasiones.

Fue entonces cuando los médicos confirmaron que su caso de gripe había evolucionado a una neumonía bacteriana que afectó a ambos pulmones, desencadenando una peligrosa sepsis que puso en riesgo su vida tras la infección.

El shock séptico, también conocido como sepsis, se produce cuando una infección se disemina por todo el cuerpo, resultando en una peligrosa disminución de la presión arterial. Según datos de la Biblioteca Nacional de los Estados Unidos, esta afección puede ser causada por diversos microorganismos, como bacterias, hongos o virus, que generan una infección, como la gripe.

Cuando una infección no se trata a tiempo, los patógenos responsables pueden liberar toxinas que causan daño a los tejidos. Esto no solo conlleva a una baja presión arterial, sino también al inicio de una disfunción de los órganos, lo que favorece el desarrollo de la sepsis.

Es importante destacar que la sepsis representa una emergencia médica que puede tener consecuencias fatales si no se trata de manera inmediata, ya que puede ocasionar daños a los tejidos, órganos e incluso la muerte. En el caso de Allison Miller, la pérdida de circulación en su pierna izquierda requirió una amputación por encima de la rodilla para preservar su vida.


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