Una de las actividades más cotidianas para las personas, es el acudir a una alberca pública para nadar, refrescarse o simplemente convivir con amigos o familiares.
Sin embargo, esta 'inofensiva' actividad, resultó en una infección ocular a una mujer que con el tiempo la dejó sin la visión en un ojo.
El caso fue contado por la protagonista a través de TikTok con la intención de alertar a otras personas a que no pasen lo mismo que ella.
Se trata de Shereen-Fay Griffin, una mujer de 38 años oriunda de Londres, que a un año de su amarga experiencia, aún lucha por recuperarse.
La mujer comienza relatando que acudió a una alberca pública, pero horas después comenzó a sentir picazón, dolor y enrojecimientos en los ojos. La mujer se aplicó algunos medicamentos sin prescripción médica, y pensó que los sintómas desaparecerían, pero solo se complicaría su salud.
Shereen acudió con su médico de cabecera, quien le diagnósticó una infección ocular por herpes simple, la cual ya estaba avanzada.
El tratamiento inicial incluyó la aplicación de gotas antibacterianas y esteroides para bajar la inflamación, pero la mujer aseguró que continuaba con dolor y 10 semanas después despertó sin poder ver con un ojo.
Asustada, consultó con un oftalmólogo quien pudo diagnosticarle queratitis por acanthamoeba, quien le comentó que el parásito le estaba devorando la córnea y que las cicatrices la dejaron ciega.
"Los médicos me explicaron que esta infección era muy resistente al tratamiento. Dijeron que como el mío había sido reforzado con esteroides durante 10 semanas, ahora era súper resistente", explicó la mujer.
La queratitis por acanthamoeba es una infección corneal ocasionada por un microorganismo que se encuentra en el agua del grifo, piscinas, jacuzzis, duchas y sistemas de alcantarillado.
De acuerdo con especialistas del Instituto Médico Cleveland Clinic, cuando la acanthamoeba infecta la córnea, puede causar una serie de síntomas y problemas oculares graves. Entre ellos, los siguientes:
- Dolor ocular severo.
- Enrojecimiento ocular.
- Sensibilidad a la luz (fotofobia).
- Visión borrosa.
- Lagrimeo excesivo.
- Sensación de cuerpo extraño en el ojo.
- Pérdida de visión.