Los maoístas matan a 11 policías en una emboscada en el norte de la India

Al menos once policías murieron hoy y otros veinte resultaron heridos en una emboscada llevada a cabo por supuestos guerrilleros maoístas en el estado de Jharkhand, en el norte de la India, informó una fuente oficial

Los hechos ocurrieron en el distrito de Lohardaga, donde un contingente de las fuerzas de seguridad fue atacado cuando regresaba de la localidad de Urumuru, según explicó a la agencia india PTI el inspector general de la Policía R.K. Malik. De acuerdo con esta versión, la Policía se había desplazado a Urumuru tras recibir un chivatazo según el cual los maoístas iban a celebrar una asamblea, algo que finalmente no se produjo. Los guerrilleros utilizaron minas para emboscar a los agentes, que respondieron con fuego a la operación armada, la de mayor envergadura de la insurgencia maoísta en lo que va de 2011. "El hecho de que no hayan llevado a cabo operaciones exitosas en las últimas semanas no significa que su infraestructura esté más debilitada. Debemos esperar ataques (de la insurgencia) cada día", observó a Efe Ajid Kumar Singh, del Instituto indio de Gestión de Conflictos. La ministra regional de Turismo, Vimla Pradhan, había declarado la semana pasada que "la presencia maoísta está afectando al turismo" en Jharkhand, una región de colinas, cascadas y lugares de peregrinación. Los maoístas tienen sus bastiones en el llamado "cinturón rojo" de la India, una franja de territorio en el centro y el este del país donde cuentan con campos de entrenamiento y buscan el apoyo del campesinado para imponer una revolución agraria de corte maoísta. La guerrilla, conocida en la India como "naxalita", nació tras protagonizar una revuelta en la aldea bengalí de Naxalbari en 1967, pero en las décadas de 1970 y 1980 fue barrida por el Gobierno de Bengala -controlado por los comunistas- y se trasladó a los estados vecinos de Bihar, Jharkhand y Chhattisgarh. La guerrilla maoísta ha sido declarada la principal amenaza para la seguridad interna de la India por el primer ministro, Manmohan Singh. A principios de año, el Gobierno indio situó en 1.169 el número de víctimas mortales en 2010 en el marco del conflicto entre el Estado y los rebeldes maoístas, y subrayó que han aumentado los actos violentos de la insurgencia.


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