Lee Berger, paleoantropólogo y explorador residente de National Geographic, ha seleccionado fósiles humanos para ser enviados al espacio como un gesto de reconocimiento a la historia de la humanidad.
Los fósiles elegidos incluyen un fragmento de clavícula de Australopithecus sediba, con 2 millones de años de antigüedad, y un hueso del pulgar de Homo naledi, que vivió entre 236 mil y 335 mil años y se cree que pudo haber realizado actividades humanas como enterrar a sus muertos y crear arte.
Sin embargo, la decisión de enviar estos fósiles al espacio ha generado controversia, algunos científicos argumentan que carece de un propósito científico claro y expresan preocupación por el riesgo de dañar los valiosos restos en caso de un fallo en la misión.

Además, se señala la falta de justificación científica del vuelo, cuestiones éticas en torno al respeto de los restos ancestrales humanos, el acceso exclusivo de Berger a los fósiles, y una percepción y alteración de la paleoantropología.
El vicerrector de la Universidad de Witwatersrand, Zeblon Vilakazi, defendió la decisión argumentando que los fósiles elegidos son extremadamente documentados y accesibles gracias a los esfuerzos científicos y de acceso abierto, lo que justificaría su envío al espacio como un acto de reconocimiento hacia nuestros antepasados y parientes antiguos.