Estados Unidos se encuentra en estado de máxima alerta y está adoptando medidas proactivas en preparación para un posible ataque significativo por parte de Irán contra objetivos estadounidenses o israelíes en la región, posiblemente en los próximos días.
Esta respuesta se produce en el contexto del reciente ataque aéreo llevado a cabo por Israel en Damasco, el cual resultó en la muerte de altos comandantes iraníes.
Las autoridades estadounidenses están tomando en serio esta amenaza potencial y están coordinando esfuerzos para garantizar la seguridad de los ciudadanos y los intereses nacionales en la región.
Las autoridades de Estados Unidos están cada vez más convencidas de que un ataque por parte de Irán es "inevitable", una preocupación que también comparten los líderes israelíes.
Ambos gobiernos están trabajando incansablemente para prepararse ante cualquier posible ataque, ya que se teme que Irán pueda emplear diversas tácticas que pongan en peligro tanto a los activos como al personal estadounidense e israelí.
Por su parte, el presidente Joe Biden abordó esta preocupación durante una llamada telefónica con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, el pasado jueves.
Sin embargo, hasta el viernes, ambos gobiernos desconocían cuándo y cómo Irán planeaba llevar a cabo su contraataque.
Un escenario especialmente temido por la administración Biden es un ataque directo de Irán contra Israel, ya que esto podría desencadenar una rápida escalada en una región ya sumida en la turbulencia.
Tal ataque podría ampliar el conflicto entre Israel y Hamas, convirtiéndolo en un conflicto regional de mayores proporciones, algo que Biden ha intentado evitar.
Cabe señalar que Irán ha prometido tomar represalias tras el ataque aéreo israelí al complejo de la embajada de Irán en Siria, que resultó en la muerte de al menos siete funcionarios iraníes, incluyendo altos comandantes de la Fuerza Quds, una unidad élite de Irán.